Un grupo de quince investigadores de la Universidad de Florida ha encontrado lo que consideran la forma más adecuada para reducir la población de iguanas en el estado, que ha adquirido la proporción de plaga. Su trabajo forma parte de un proyecto de investigación, con un presupuesto de 63.000 dólares, encargado por la Comisión de Conservación de Pesca y Vida Silvestre de Florida (FWC, por sus siglas en inglés). Según los científicos, el método menos doloroso y "más humano" de acabar con esos reptiles es destrozándoles el cráneo con pistolas de aturdimiento como las que se usan en los mataderos de ganado, informa el periódico SunSentinel.
No hay nada humano en acabar con la vida de animales sanos
"Lo que hacemos es provocarles un trauma golpeándoles la cabeza con un objeto contundente", comentó el proyecto Jenny Ketterlin, bióloga de la Universidad de Florida.
En tres meses han sacrificado ya 249 reptiles. Entre las varias técnicas eligieron golpearles la cabeza o electrocutarlos, aplicándoles anestesia para evitar que sufrieran, mientras que otras formas de sacrificio fueron consideradas inseguras, ineficientes, de eficacia no comprobada o todavía más crueles.
Algunos expertos, sin embargo, califican de inhumano el nuevo método de exterminio. "No hay nada humano en acabar con la vida de animales sanos. Los investigadores de la Universidad de Florida deberían estar avergonzados", dijo Lori Marino, fundadora y directora ejecutiva del Centro Kimmela para la Defensa de los Animales.
Pero los científicos aseguran que la situación en Florida es muy grave y que es momento de actuar. Insisten en que estos reptiles representan una gran amenaza para la fauna, además de suponer un foco de transmisión de la salmonela a través de las heces que dejan en los jardines y piscinas. También causan desperfectos en las carreteras al excavar sus madrigueras. Estos lagartos fueron importados a EE.UU. desde México y América Central como mascotas exóticas, pero en algunos lugares se adaptaron y actualmente son considerados una plaga muy perniciosa para el medio ambiente.
Gary Fishman, un residente de Boynton Beach, dice que ha matado más de 100 iguanas para proteger su jardín. "La iguana no es de aquí. No pueden ser reubicadas. La única solución es destruirlas", dijo. Sin embargo Fishman mata las iguanas con una pistola de balines, un método que considera más humano que golpearles la cabeza.
Los científicos todavía no saben qué permite que las iguanas se multipliquen tan rápidamente, pero están seguros de que esta tendencia se acelerará. "Su crecimiento es prácticamente exponencial", dijo Joe Wasilewski, un experto en iguanas y biólogo de vida silvestre.