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Revelan el impacto de los teléfonos inteligentes en nuestro cerebro (y es realmente chocante)

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La adicción a los 'smartphones' pone en peligro nuestras capacidades mentales, alertan los especialistas.
Revelan el impacto de los teléfonos inteligentes en nuestro cerebro (y es realmente chocante)

Las notificaciones constantes de mensajes, llamadas y aplicaciones de nuestros 'smartphones' tienen un serio efecto en el cerebro humano, según comentó recientemente el endocrinólogo Robert Lustig a Business Insider.

De acuerdo con el experto, la gente está a día de hoy acostumbrada a ser distraída de manera incesante por las notificaciones de sus teléfonos. Sin embargo, según Lustig, con ello 'educamos' a nuestro cerebro a estar permanentemente en estado de tensión y estrés al estar siempre a la espera de la llegada de posibles novedades.

El portal cita una investigación que revela que el 86% de los estadounidenses afirman chequear su correo electrónico y cuentas en las redes sociales "de forma constante", lo que, según confiesan, les provoca un gran estrés.

Otro estudio mostró que el 89% de los participantes señalaron que sentían notificaciones de teléfono "falsas", que no tenían lugar en realidad.

Esta ansiedad por las notificaciones provoca que la corteza prefrontal del cerebro, responsable de muchas funciones cognitivas importantes, resulte sobrecargada y tenga como resultado que deje de funcionar con normalidad.

"Uno termina por hacer cosas estúpidas", advierte Lustig.

Otro problema es que el cerebro de la mayoría de personas – el 97,5 % de la población– es capaz de concentrarse en solo una tarea a la vez. Sin embargo, cada vez que el teléfono recibe una nueva notificación, el dispositivo 'obliga' a su dueño a distraerse.

Con ello, se libera en el cerebro la hormona del estrés, el cortisol, junto con dopamina, una hormona que provoca una sensación de placer. Así, el estrés que experimentamos tratando de hacer varias cosas a la vez empeora nuestra condición, pero, al mismo tiempo, deseamos ser distraídos otra vez más debido a la influencia de la dopamina que se libera al recibir un nuevo mensaje.

Poner límites sociales

El doctor Lustig subraya que los 'smartphones' no son un mal en sí mismo, pero se convierten en un problema cuando nos obligan a distraer nuestra atención una y otra vez. En su opinión, es posible combatir la influencia negativa de estos dispositivos con la creación de límites sociales para su uso, comparables a las restricciones que se aplican, por ejemplo, al tabaquismo.

"Espero que lleguemos a un punto en el que uno no pueda sacar su teléfono inteligente en público", afirma Lustig.

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