El químico y escritor Alexánder Pokrovski explicó a RT que los agentes nerviosos como los que se barajan en relación con el caso Skripal son imposibles de transportar en una maleta corriente, lo que contradice la teoría propagada por los medios británicos, que sugieren que el agente neurotóxico fue presuntamente introducido en la maleta de la hija del exagente antes de que esta saliera de Moscú para viajar al Reino Unido.
"Es imposible transportar un agente nervioso en una maleta. Es peligrosísimo incluso para los profesionales. Son sustancias líquidas no gaseosas, a pesar de que se llamen gases, y son muy propensas a la pulverización. Si una persona aspira este aerosol mediante la respiración, bastan con tres milésimas de miligramo por litro para provocar la muerte en un minuto", dijo el experto, y aclara que una sustancia de este tipo "no llegaría ni al aeropuerto" si por casualidad hubiera sido guardada en una maleta.
Pokrovski recordó que el gas tóxico VX fue desarrollado en los años 50 en EE.UU., no en Rusia. Los científicos soviéticos, a su vez, empezaron a trabajar en el antídoto y, "20 años más tarde, como contramedida a las armas químicas, empezaron a desarrollar" un agente químico.
"Si no tiene antídoto, no es un arma química"
Según el experto, las armas químicas son un conjunto que consiste en la sustancia activa, la ojiva y el transportador (un tanque, un lanzador, un avión o una mina). "Todo el conjunto es un arma química, por separado no se contempla", explica.
Además, para que una sustancia pueda ser considerada un arma química debe existir un antídoto. "Si no existe un antídoto, no se califica como arma y no se acepta en el Ejército, porque un arma química debe ser contrarrestable en caso de que el enemigo la obtenga. Este es el sentido. Cuando Theresa May dice que no hay un antídoto, quiere decir que tampoco hay un agente nervioso", afirmó Pokrovski.
"El Novichok no es una creación de Rusia o la URSS"
Este sábado, la portavoz del Ministerio ruso de Exteriores, María Zajárova, negó las acusaciones británicas que apuntan a Rusia como la productora de la sustancia química con la que fueron envenenados el ex doble agente ruso Serguéi Skripal y su hija Yulia. Según la vocera, ni en Rusia ni en la antigua Unión Soviética "ha habido estudios que hayan tenido como nombre directo o en clave [la palabra] Novichok".
Ese nombre "no fue ni patentado, ni utilizado como símbolo, código o clave", pero el agente químico probablemente fue producido por el Reino Unido, Eslovaquia, Suecia o República Checa, "que han llevado a cabo una intensa investigación sobre las sustancias del programa Novichok [...], que no es una creación de Rusia o la URSS". "EE.UU. está bajo interrogante", agregó Zajárova.
La primera ministra británica había afirmado de manera infundada que era "muy probable que Rusia fuera responsable" del envenenamiento del exagente, ocurrido el pasado 4 de marzo. Moscú niega cualquier involucramiento en este ataque y ha solicitado acceso a los materiales de la investigación, cosa que Londres se negó a proporcionar sin explicar claramente los motivos.