Dos españoles han desarrollado un software capaz de traducir cualquier tipo de archivo informático al lenguaje del ADN y guardarlo en el material genético de bacterias vivas.
Se trata del experto en ciberseguridad Juan Antonio Calles y la bióloga Patricia Rada, que tras analizar diferentes fórmulas algorítmicas, han creado la aplicación Bacter10, que funciona como un traductor del código binario al lenguaje genético.
Su trabajo está inspirado en experiencias y estudios anteriores, y tiene que ver con la tecnología molecular CRISPR, que funciona de manera parecida a unas tijeras moleculares que pueden 'recortar' y engarzar selectivamente partes del genoma.
Hasta ahora, esa tecnología se había propuesto para reemplazar tramos no deseados del genoma por otros, con el objetivo de modificar la información genética que causaba enfermedades hereditarias.
Todo Internet cabe en un sólo ser humano
El volumen de información que está generando la humanidad plantea un serio problema de almacenaje que no tardará en manifestarse en términos de agotamiento: los medios técnicos disponibles pronto se verán superados por la cantidad de información producida.
En ese contexto es donde adquiere pleno sentido la técnica desarrollada por Calles y Rada, que consiste, básicamente, en convertir el ADN en una especie de 'disco duro biológico'.
Una simple serie de correlaciones basta para hacerse una idea de las posibilidades de almacenamiento que abre este proyecto: según las estimaciones de la International Data Corporation, publicados por la revista Forbes, el volumen de datos de Internet en 2020 alcanzará los 40 zettabytes.
Dada la estructura del código genético, bastarían unos 90 gramos de ADN para almacenar esa cantidad. El cuerpo de un ser humano tiene alrededor de 200 gramos de ADN: toda la información de la Red cabría ahí.