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Rusia revela la forma de interceptar sus avanzados misiles intercontinentales Sarmat
La explicación de una fuente oficial rusa explica por qué Moscú muestra esos proyectiles en público.
Para interceptar el nuevo misil intercontinental ruso RS-28 Sarmat harían falta al menos 500 antimisiles estadounidenses, según ha declarado a la agencia RIA Novosti el presidente del Comité para Defensa y Seguridad del Consejo de la Federación de Rusia, el general Víktor Bóndarev.
"Esta es la conclusión de los expertos occidentales. Kinzhal y su portador [el caza interceptor MiG-31] son invulnerables a las armas enemigas, mientras que impacta con garantías cualquier objetivo", ha manifestado este excomandante de las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia.
El proyecto del avanzado misil de la clase pesada Sarmat comenzó en 2011 y aún se encuentra en fase de pruebas, porque el objetivo de Moscú es que esté operativo en 2019 o 2020.
Su función será sustituir al sistema Voevoda de desarrollo soviético, cuyo reciclaje comenzará en un futuro cercano, según anunció este mes el viceministro de Defensa de Rusia, Yuri Borísov.
Sarmat portará una carga útil cercana a las 10 toneladas, volará a altitud ultrabaja y tendrá un alcance que rondará los 16.000 kilómetros, que incluso le permitirá realizar trayectorias balísticas sobre el Polo Sur.
Por su parte, el sistema de misiles hipersónicos aire-tierra Kinzhal fue presentado por primera vez por el presidente de Rusia, Vladímir Putin, el pasado 1 de marzo.
Los informes indican que los Kinzhal son una versión mejorada de los misiles balísticos 9M723 que emplea el sistema tierra-tierra Iskander.
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