La propagación del wahabismo, una corriente rigorista del islam, con financiación saudita comenzó a raíz de que los países occidentales pidieran a Riad que ayudara a contrarrestar a la Unión Soviética durante la Guerra Fría, ha recordado el príncipe heredero saudita, Mohamed ben Salmán, a The Washington Post.
Mohamed ben Salmán ha explicado que los aliados occidentales de Arabia Saudita instaron a Riad a invertir en mezquitas y madrazas (escuelas religiosas) en el extranjero durante la Guerra Fría en un esfuerzo por evitar la ocupación de los países de mayoría musulmana por parte de la Unión Soviética.
El príncipe heredero ha dejado claro que los fondos para difundir la corriente ultraconservadora del islam, en la que se apoyan grupos yihadistas, provienen en su mayoría de "fundaciones" con base en Arabia Saudita y no del Gobierno.
El príncipe ha reconocido que los sucesivos gobiernos sauditas perdieron el control respecto a estas actividades. "Tenemos que recuperarlo todo", ha afirmado.
Las "malas y peores" opciones en Yemen
Además, Mohamed ben Salmán se ha referido en la entrevista a la guerra civil que se libra en Yemen, donde desde 2015 la coalición encabezada por Arabia Saudita bombardea las posiciones de los rebeldes hutíes en apoyo de las fuerzas leales al presidente Abd Rabbuh Mansur al Hadi.
El príncipe ha aseverado al diario estadounidense que su país no ha dejado pasar "ni una sola oportunidad" para mejorar la situación humanitaria en el país. "No hay buenas opciones y malas opciones. Las opciones son malas y peores", ha afirmado en referencia a la situación humanitaria que vive Yemen.
Más amigos que socios
Entretanto, Mohamed ben Salmán ha negado los informes aparecidos en los medios locales que informaron que durante su reunión con el asesor principal y yerno de Donald Trump, Jared Kushner, en Riad en octubre, el príncipe buscaba o incluso obtuvo luz verde de aquel para proceder a reprimir duramente la supuesta corrupción en su país.
Esta ofensiva gubernamental se tradujo en arrestos generalizados en Arabia Saudita poco después. El príncipe se ha limitado a decir sobre el asunto que las detenciones son una cuestión doméstica de su país.
El heredero saudita ha afirmado que su relación con Kushner se enmarca en la normalidad, pero ha asegurado que el yerno del presidente de EE.UU. y él "trabajan como amigos, más que como socios". Por último, ha reconocido que sería "realmente loco" por su parte intercambiar información clasificada con Kushner, o tratar de utilizarlo para promover los intereses sauditas ante la Administración Trump.