La mayoría de edificios residenciales, hospitales, escuelas y mezquitas de la ciudad siria de Raqa quedaron destruidos a consecuencia de los bombardeos de la coalición de EE.UU.
En las fotos publicadas por el Ministerio de Defensa de Rusia se aprecia el estado de la infraestructura destruida en la ciudad.
Según el Ministerio, la situación humanitaria en la ciudad es muy compleja, ya que no hay electricidad, no funciona el sistema de abastecimiento de agua, y tampoco hay tiendas, hospitales ni farmacias.
A ello se une el hecho de que no fueron establecidas las condiciones para el regreso seguro de los residentes. Desde octubre de 2017 hasta marzo de 2018, al menos 130 personas murieron por explosiones de minas y artefactos explosivos sin detonar, mientras que 658 resultaron heridas.