El mundo se acerca "a un punto en el que 'Star Wars' no será solo un filme", y el Pentágono admite que no está listo para una guerra espacial, según revelan varios expertos y políticos estadounidenses consultados por Politico.
El artículo constata que Rusia y China están "muy por delante" de EE.UU. en el desarrollo de medios capaces de destruir o dejar inoperativos los satélites de los que depende el Ejército de EE.UU. "para todo": desde recopilar inteligencia, hasta guiar bombas de precisión, misiles y drones.
Mientras tanto, el Pentágono está tratando de ponerse al día tras años de inversión insuficiente, inyectando "miles de millones de dólares" para reforzar sus defensas contra las armas antisatélites, entrenar a las tropas y perfeccionar medios para tomar represalias en una nueva forma de combate.
"Somos cada vez más dependientes del espacio, y nuestros adversarios lo saben"
"Ahora nos acercamos a un punto en el que 'Star Wars' no será solo un filme", advierte Steve Isakowitz, director de The Aerospace Corp., un 'think tank' financiado por el Gobierno, que sirve como el principal asesor del Ejército en el espacio. En estas circunstancias, EE.UU. ya no puede darse el lujo de dar por hecho su dominio, alerta el experto.
Y es que, según Isakowitz, "esa supremacía en el espacio" ha permitido a Washington "tener la mayor capacidad de combate de guerra del mundo". Sin embargo, también ha hecho que "cada día más y más, literalmente", Washington "se vuelva dependiente" del espacio, y "nuestros adversarios lo saben".
No en vano, el presidente de EE.UU., Donald Trump, llamó recientemente a crear una "fuerza espacial": una rama militar separada responsable de garantizar la supremacía estadounidense en el espacio (papel que ahora desempeña principalmente la Fuerza Aérea). Asimismo, la nueva Estrategia de Seguridad Nacional de Trump designó por primera vez al espacio como "interés vital", y ordenó a las Fuerzas Armadas a considerar el espacio como "un dominio prioritario", recuerda Politico.
"No podemos permitir que los adversarios nos saquen los ojos y los oídos"
Algunos, sin embargo, piensan que no es suficiente. El congresista Mike Rogers, que preside el Subcomité de Fuerzas Estratégicas de las Fuerzas Armadas de la Cámara de Representantes, pronostica que la guerra en el espacio "va a suceder", y que "es solo cuestión de si sucede en los próximos dos años o en los próximos cinco o seis años".
En este sentido, el político se muestra preocupado de si la Fuerza Aérea de EE.UU. está prestando suficiente atención al espacio. "Siempre dicen: 'Tenemos esto, estamos planificando esto en el futuro'", apunta Rogers. "Pero cuando les pides que den prioridad al espacio este año, dicen que no pueden", se lamenta.
"La gente tiene que recordar que cuando se trata decombatir en una guerra, nuestros ojos y oídos están en el espacio. No podemos permitir que los adversarios nos saquen nuestros ojos y oídos", asevera el congresista.
Otros especialistas instan a la Administración Trump a pensar más cuidadosamente sobre su política espacial militar. Así, Joan Johnson-Freese, profesora de seguridad nacional en el Naval War College, duda que el espacio pueda tratarse como cualquier otra zona de batalla. "No se puede controlar todo el espacio todo el tiempo", asegura, explicando que "simplemente la física del espacio es diferente que las demás".
"Un conflicto armado en el espacio sería catastrófico para todos"
Por otro lado, Cassandra Steer, directora ejecutiva en funciones del Centro para la Ética y el Estado de Derecho de la Universidad de Pensilvania, alerta de que "un conflicto armado en el espacio sería catastrófico para todos los jugadores", incluidos los "Estados neutrales, los actores comerciales y la sociedad civil internacional".
En este sentido, considera que el mayor desafío sería desarrollar una defensa espacial que no se convierta en una ofensiva.
"¿Cómo protegemos nuestros activos espaciales sin crear las condiciones exactas para una carrera armamentista que conduzca a una guerra en el espacio?", se pregunta la analista y advierte: "Tratar de dominar el espacio de la manera en que Estados Unidos domina otros sitios podría ser una muy mala idea".