Un manuscrito egipcio de 3.000 años de antigüedad está siendo reevaluado como uno de los primeros registros de agresión sexual por parte de un hombre poderoso, informa The Independent. Se trata del papiro conocido como 'Papyrus Salt 124', que se exhibe en el Museo Británico de Londres desde principios del siglo XIX, cuando el egiptólogo Henry Salt lo sustrajo de Egipto.
El contenido del documento se conoce desde el año 1929, cuando fue traducido al inglés, pero en el contexto de los problemas de acoso sexual recientemente delatados por el movimiento #MeToo, la atención de los egiptólogos se ha vuelto otra vez hacia él, indica el rotativo.
El manuscrito esboza una lista de supuestas indiscreciones de un importante artesano egipcio llamado Paneb, que vivió aproximadamente en los años 1200 a.C. en la ciudad de Tebas, cuyas ruinas se encuentran dentro de la moderna ciudad egipcia de Luxor.
Paneb era el principal capataz en una comunidad de artesanos que construían tumbas reales. El autor del papiro, Amennakht, al parecer, fue un compañero furioso de Paneb, quién decidió formular sus denuncias ante el visir del faraón. Según las acusaciones de Amennakht, Paneb ocupó su cargo de jefe indebidamente, gracias a sobornos, y era el autor del documento quien debería ser el capataz principal.
Para dar más peso a sus alegaciones legales, Amennakht también presenta una letanía de acusaciones de agresión sexual y adulterio. Por ejemplo, acusa a Paneb de abusar de una mujer llamada Yemenwaw, a la que arrancó la ropa, la "arrojó contra una pared y la violó".
Asimismo, Amennakht presenta en el papiro el testimonio del hijo del hombre acusado, quien sostiene que la mencionada violación no es el único ejemplo de "libertinaje" de su padre.