Desde este lunes, más de 200 católicos, muchos de ellos sacerdotes, asisten en Roma a un curso de una semana de duración en el que aprenderán cómo expulsar demonios que se hayan posesionado de alguna persona, labor que puede cumplirse incluso por teléfono móvil.
Las clases incluyen materias dispares: desde "artesanía en África" hasta "cómo diferenciar entre posesión demoníaca y enfermedad mental", además de una guía "paso a paso" para expulsar demonios. El curso fue ofrecido en momentos en que se ha disparado la demanda de exorcismos, informó el diario Daily Mail.
Ernest Simoni, cardenal de Albania, acaparó reflectores durante la primera sesión del curso, en la que departió sobre cómo exorcizar a través de teléfonos celulares. Explicó cómo leer las oraciones de exorcismo en latín de manera similar que si se cumpliera el rito en persona.
Funcionarios de la Iglesia católica indicaron que el número de posesiones diabólicas registradas va en aumento, aunque no ofrecieron cifras oficiales.
El padre Benigno Palilla, exorcista de la diócesis de Palermo, declaró en febrero a Radio Vaticano que ha hecho unos 50 exorcismos en los últimos dos años y medio.
El curso, dirigido a exorcistas licenciados, teólogos, psicólogos, médicos, criminólogos e historiadores de la Iglesia, se declaró abierto además al público en general.
Entre los estudiantes se encuentran varias docenas de mujeres, que recibirán un certificado pero no autorización para realizar exorcismos. Sólo los sacerdotes pueden llevarlo a cabo, y con el permiso de su obispo o una licencia especial.
Los laicos católicos, hombres o mujeres, pueden cumplir el papel de lo que en un curso iniciático se llamó "exorcistas auxiliares", lo que significa que pueden estar presentes en el rito, rezar y dar apoyo moral al sacerdote, que es quien está permisado para expulsar al demonio.
Simoni dijo que los exorcismos sólo deben intentarse después que los médicos se hayan demostrado incapaces de explicar el comportamiento de una persona, a la que entonces se podrá considerar demoníacamente poseída.