Las autoridades venezolanas anunciaron la desarticulación de varias redes de traficantes de papel moneda venezolano, en lo que han considerado la operación policial "más grande de la historia" de ese país.
El vicepresidente venezolano, Tareck El Aissami, informó este martes en rueda de prensa que, tras meses de investigación por parte de los organismos de seguridad del Estado, se detectaron diversas transnacionales del crimen organizado cuya finalidad era "boicotear y desestabilizar" la economía del país suramericano.
En esta acción policial, llamada "Operación Mano de Papel", se detuvo a 86 personas que realizaban contrabando de extracción y compra de papel moneda venezolano, por encima de su valor facial.
Crisis de efectivo
Venezuela atraviesa actualmente una severa escasez de dinero en efectivo. El gobierno la atribuye a la venta del papel moneda venezolano, principalmente en Colombia, por el triple de su valor nominal. Así, por ejemplo, un billete en físico de cinco mil bolívares puede ser comprado por estas mafias por 15 mil bolívares, que son transferidos por vía electrónica.
Los consumidores venezolanos han denunciado que los vendedores informales ofrecen productos alimenticios con dos tipos de precio: uno si se paga en efectivo y otro si la transacción es mediante la banca electrónica. De tal manera, un cartón de huevos en metálico cuesta 160.000 bolívares, mientras que con tarjeta de débito su valor se duplica, sin que haya una lógica económica para tal incremento.
Por su parte, analistas económicos adversos al gobierno de Nicolás Maduro han atribuido la falta de circulante a la hiperinflación, al "exceso de liquidez" o a la "destrucción del aparato productivo" venezolano, según Efecto Cocuyo.
Bolívares en Colombia
El vicepresidente venezolano expresó que las organizaciones criminales investigadas "tienen el amparo y la protección del presidente Juan Manuel Santos"."Nos atacan desde Colombia con complicidad de algunos sistemas financieros venezolanos", agregó.
El mandatario colombiano manifestó por su parte el pasado domingo, durante un encuentro de medios de comunicación en Medellín, que el gobierno de Nicolás Maduro usaba bandas criminales para "controlar a la sociedad" y "perpetuarse en el poder".
En Cúcuta, ciudad colombiana fronteriza con Venezuela, los trabajadores informales representan 70 % de la fuerza de trabajo. Caracas ha denunciado que es ese el principal destino de contrabando de gasolina y productos alimenticios y de aseo personal. Estos, que son subsidiados por el Estado venezolano, son extraídos de manera ilegal y vendidos muy por encima de su precio en Colombia.
El economista venezolano Juan Carlos Valdéz explica, en un artículo publicado en Aporrea, que además en Colombia se hace una "depreciación forzada" de la divisa venezolana, que no se corresponde con la ley de la oferta y la demanda, como sí ocurre con el dólar. Esta operación sería "uno de los pilares" del contrabando de extracción, en su punto de vista.
"Duro golpe"
Esta operación conjunta de los cuerpos de seguridad e inteligencia venezolanos, que ha sido catalogada como un "duro golpe" a las "manos criminales" que buscan "inducir una inflación bestial", arrojó el siguiente saldo:
- 86 personas fueron capturadas en la operación policial.
- Se incautaron tres millones de millones de bolívares.
- Se libraron 125 órdenes de allanamiento.
- Un total de 22 vehículos fueron incautados.
- 112 personas están siendo investigadas.
- Se bloquearon 1.133 cuentas bancarias de 19 bancos venezolanos.
- La traza financiera de esta red fue de veinte millones de millones de bolívares durante este año.
- El 90 % de la cuentas bloqueadas eran del banco venezolano Banesco.
- Un total de 596 empresas más están siendo allanadas.
- 31 de los apresados dos tienen relación con Carlos Eduardo Colmenarez Marrón, propietario del portal Dólar Pro, detenido por difusión de información falsa de tipo cambiario, legitimación de capitales y asociación para delinquir.
En medio de sanciones impuestas por EE.UU. y la Unión Europa, Venezuela atraviesa una crisis económica caracterizada por altos niveles de inflación y precios especulativos en productos y servicios, fijados a través de un tipo de cambio artificial, así como acaparamiento de alimentos y medicinas.