Por qué Trump no debería volver a su "postura militarista" ni aun si su cumbre con Kim sale mal

Atacar a Corea del Norte podría provocar "una guerra con armas biológicas, químicas y nucleares", cuyos resultados harían "palidecer" los de otras batallas de EE.UU., asevera un ex asesor de Reagan.

Incluso si la reunión planeada entre el líder norcoreano, Kim Jong-un, y el presidente de EE.UU., Donald Trump, no saliera bien, Trump "no debería revivir su postura beligerante y hasta militarista del año pasado", advierte Doug Bandow, académico titular del Instituto Cato (EE.UU.), asesor de Ronald Reagan durante su mandato y analista del portal The National Interest.

Según el experto, aunque "es comprensible" que el líder norcoreano no inspire confianza en Occidente, tampoco "hay evidencia de que sea suicida". Kim quiere "preservar su régimen", no dejar el mundo "encima de una pira funeraria atómica", explica Bandow.

Por otro lado, el experto asevera que en caso de un ataque estadounidense, Corea del Norte casi de seguro respondería con represalias, cuyo resultado podría ser "una guerra a gran escala, destacada por el uso de armas biológicas, químicas y nucleares", de manera que las consecuencias de otras batallas de EE.UU., como las guerras de Irak y Vietnam, "palidecerían en comparación".

Moderación, la mejor respuesta

El analista subraya que esta no es la primera vez que EE.UU. "se enfrenta a la perspectiva de un adversario preocupante que posea armas nucleares", y en la cual "la moderación resulta ser la mejor respuesta". Así, recuerda el caso de la Unión Soviética: aunque era el último país al que Washington quería ver con armas nucleares, EE.UU. "se mantuvo firme, rechazando las propuestas de guerra preventiva".

"Aún más perturbador", según Bandow, fue el programa nuclear emprendido por la China de Mao Zedong. De hecho, tanto la Administración Kennedy como las de Johnson y Nixon debatieron en una u otra forma las opciones militares contra Pekín, pero finalmente EE.UU. "no hizo nada" para detener el avance nuclear chino, destaca el analista.

En retrospectiva, "parece que las Administraciones de EE. UU. tuvieron razón al aceptar una China nuclear, en lugar de lanzar ataques preventivos", lo que probablemente hubiera desencadenado "un conflicto más amplio y duradero", apunta el experto, quien explica que hoy en día Pekín posee muchas menos armas nucleares que Rusia y EE.UU. y, según estimó la Unión de Científicos Preocupados, es altamente improbable que el país asiático las utilice primero, sea contra EE.UU. o Rusia.

"Nadie quiere una Corea del Norte nuclear"

El autor del artículo admite que el hecho de que la contención hacia Pekín fuera la mejor opción "no necesariamente significa que Washington deba aceptar una Corea del Norte nuclear". Sin embargo, señala que el caso de China "demuestra la virtud de la precaución, las limitaciones inherentes a la inteligencia, las inevitables incertidumbres sobre las consecuencias y el imperativo de contar cuidadosamente el costo de la acción militar", sin importar cómo termine la cumbre entre Kim y Trump.

"Nadie quiere una Corea del Norte nuclear", pero "no es el único régimen amenazante" que ha conseguido armas nucleares ni el único caso en el que Washington ha considerado una guerra para desarmarlo, enfatiza el experto, para concluir que "si bien no sabemos lo que traería una guerra con Pionyang, conocemos los horrores que las guerras generalmente producen".