La ciudad española de Palma de Mallorca ha aprobado una normativa que prohíbe el alquiler de viviendas a turistas en edificios con varias viviendas. Además incluye una zonificación que permite el alquiler de viviendas unifamiliares en todo el término municipal salvo en polígonos industriales y de servicio, en suelo rústico protegido y en la zona de influencia del aeropuerto.
El gobierno tripartito de la ciudad, de signo progresista, ha tomado esta iniciativa con el fin de defender el derecho constitucional a una vivienda digna de sus vecinos.
Los precios de los alquileres han subido un 40 % en la ciudad desde el año 2013 y el alquiler turístico es uno de los factores que más ha influido en este incremento, afirman desde Podem, uno de los partidos gobernantes en la administración municipal.
La nueva legislación responde a las aspiraciones de la Federación de Asociaciones de Vecinos, que presentó una iniciativa popular en este Ayuntamiento donde se exigía que se pusiera en marcha la medida acordada.
Entre 2015 y 2016, los pisos de alquiler turístico no regulado aumentaron un 50 % hasta alcanzar las 20.000 plazas en viviendas, ha afirmado José Hila, teniente de alcalde, al medio local Diario de Mallorca. Además, señala que la mayor causa de malestar de los residentes es "el deterioro de la convivencia en los barrios", así como el ruido producido en este tipo de viviendas.
Por su parte, la patronal del pequeño comercio Pimeco cree que la prohibición del alquiler vacacional "empobrece la ciudad y perjudica al pequeño comercio", ya que "generaba unos ingresos importantes a muchos propietarios", según recoge el medio local Crónica Balear.