La familia de cazabombarderos estadounidenses de quinta generación Lockheed Martin F-35 Lightning II tiene un 'origen ruso' y características comunes con el ya olvidado proyecto soviético Yak-141, indica un artículo del portal estadounidense Task and Purpose.
El caza multifuncional de despegue y aterrizaje verticales (VTOL) Yak-141 nació en un período tumultuoso en la historia militar rusa. Aunque el primer vuelo del Yak-141 en 1987 fue una contribución revolucionaria al desarrollo de sistemas VTOL, los años posteriores se caracterizaban por el caos en la económica de la URSS y el Ejército ruso recién dividido entre varios países no estaba en condiciones de continuar varios de sus proyectos. A esto se sumó la catástrofe que ocurrió con uno de los dos prototipos con capacidad de volar de la aeronave, que explotó al aterrizar verticalmente sobre la cubierta del portaaviones Admiral Gorshkov.
Un nuevo avión furtivo fue posible gracias a la caída del telón de acero y del muro de Berlín. Así, el autor escribe que en 1991, Lockheed y la Oficina de Diseño Yakovlev firmaron un acuerdo de cooperación, que entre otras cosas, permitiría a las empresas estadounidenses obtener información sobre el Yak-141, incluyendo los datos de prueba, lo que requeriría "años de desarrollo y pruebas."
El fabricante del Yak-141, la oficina de diseños Yákovlev, de repente se enfrentó a la realidad del capitalismo: necesitaba el dinero para hacer cosas geniales. Y casi 30 años después del primer vuelo del Yak-141, el primer F-35B del Cuerpo de Marines de EE.UU. despegó desde un buque de asalto anfibio. Así fue como el experimental caza soviético 'dio a luz' al avión más polémico de la era moderna.
"Fue importante la información que ayudó a iniciar el desarrollo del motor, el corazón del moderno F-35", indica el portal.
Sin embargo, pese a su aparente semejanza de formas, el autor señala que el F-35 no puede ser considerado como el heredero directo del Yak-141, porque, por ejemplo, ambas aeronaves tienen diferentes superficies de sustentación y sistema de estabilización.
Y no solo F-35, sino quizá todos los aviones furtivos
La tecnología para la creación del primer avión furtivo fue propuesta en la URSS por el científico Piotr Yákovlevich Ufímtsev, pero la industria militar soviética la consideró como poco prometedora.
Sin embargo, en 1962, el científico publicó en la revista científica Sovetskoye Radio un artículo titulado 'Método de ondas cortas en la física teórica de difracción'. En este estudio constataba que la onda rebotada del radar no era proporcional al tamaño del objeto, de lo que se dedujo que incluso aviones de gran tamaño podían hacerse poco visibles a los sistemas de detección.
En 1970, el artículo llamó la atención de un traductor del departamento de información científica y técnica de Lockheed Martin. En 1973, la sucursal del consorcio Lockheed Advanced Development Projects, popularmente conocido como 'Skunk Works', empezó el desarrollo del primer bombardero furtivo que desembocó en la aparición del F-117. En septiembre de 1990, Ufímtsev fue invitado a trabajar en la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad de California en Los Ángeles.
En EE.UU. Ufímtsev comenzó a colaborar con el gigante del sector militar Northrop Grumman Corporation y participó en el desarrollo del bombardero estratégico B-2.