Pekín tiene "el derecho indiscutible de controlar el archipiélago Spratly y las aguas adyacentes" por motivos de seguridad nacional, ha declarado la portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Hua Chunying.
Así, las autoridades chinas estiman que poseen legitimidad para "realizar cualquier tipo de trabajos de construcción, incluido el despliegue de equipamiento necesario de defensa, para garantizar la seguridad de nuestro país", ha asegurado esa vocera oficial.
En cualquier caso, esta diplomática ha subrayado que Pekín no planea llevar a cabo una política que suponga una amenaza para otros países: "Esperamos que todas las partes interesadas conserven la sangre fría y mantengan la objetividad", ha agregado Hua.
Este 2 de mayo, la cadena estadounidense CNBC informó que China había instalado misiles de crucero antibuque y sistemas de misiles tierra-aire en los arrecifes de Fiery Cross, Subi y Mischief de las islas Spratly, tres de sus fortificadas avanzadas del mar de China Meridional.
De acuerdo con este reportaje, Pekín trasladó ese armamento en el último més. Los misiles de crucero antibuques basados en tierra YJ-12B permitirían a China atacar a buques que navegaran a un máximo de 295 millas náuticas —unos 546 kilómetros de distancia—, mientras que los proyectiles tierra-aire HQ-9B de largo alcance son capaces de derribar aeronaves, drones y misiles de crucero a 160 millas náuticas, unos 296 kilómetros.