La semana pasada el dólar batió un récord en Argentina al ubicarse por encima de los 23 pesos y el martes 8 volvió a superarse, llegando a los 23,66. La situación generó inquietud en la población y el propio gobierno, ya que apenas unos días atrás, el lunes 23 de abril, la divisa estadounidense se cotizaba a 20,53.
El Banco Central había decidido el viernes elevar la tasa de interés al 40% debido a "la dinámica adquirida por el mercado cambiario", que produjo que la moneda local se deprecie. En lo inmediato la medida apuntaba a que los inversores y actores del mercado financiero prefieran comprar Letras del Banco Central (Lebacs) en pesos –por ser más rentables– en lugar de dólares, evitando así presionar al alza su precio.
Sin embargo, con las noticias de este martes surgieron más dudas respecto a cuán redituable será esta política monetaria en el mediano plazo. Por eso el presidente Mauricio Macri anunció que pedirá un préstamo "preventivo" al Fondo Monetario Internacional, a fin de equilibrar las cuentas públicas.
Una economía más frágil
De acuerdo al diario especializado Ámbito Financiero, el aumento del dólar en relación al peso se dio por diversos factores, tanto internos como externos. Entre estos se destacan la puja política y económica en torno a las tarifas de servicios públicos, la puesta en marcha del impuesto a la renta financiera, el incremento de tasas en EE.UU. y una mayor apreciación del dólar en el mundo.
Martín Kalos, economista y profesor, remarcó en comunicación telefónica que a esto se le suma "un componente más estructural" referido al modelo económico que está impulsando el Gobierno argentino y que "implicó desde el comienzo una desregulación importante del mercado financiero". Es por eso que salidas de divisas como las de las últimas semanas "puedan ser realmente cuantiosas, generando riesgos y volatilidades importantes en la economía".
Por su parte, el sociólogo e investigador Rolando García dijo a este medio que la actual situación es de "mayor fragilidad económica que la que existía previamente a la corrida cambiaria". Desde su perspectiva, esto se debe a que el gobierno "al no poder contener el dólar y no tener dentro de sus lineamientos económicos la posibilidad de hacer otro tipo de política cambiaria", dispone como "única herramienta" la posibilidad de aumentar "las tasas de interés para posiciones en pesos".
En concreto esto implica "un costo financiero altísimo para el gobierno y para toda la sociedad", ya que la tasa de referencia "marca un piso" para los créditos y préstamos "de todos los argentinos". Esto incluye a quienes han sacado una hipoteca para comprar una casa y también a quienes utilizan tarjeta de crédito.
Kalos coincide con esta mirada y añade que el Banco Central, "quizás por problemas de diagnóstico o de comunicación sobre sus intervenciones", no supo contener la situación. Fue así que la entidad monetaria se pasó "varios días corriendo detrás de un mercado que notó que le había perdido la mano". Finalmente el equipo económico del presidente Macri tuvo que "revertir mucho de lo que consideraba avances", como había sido "la baja de interés o la acumulación de reservas", completó el economista.
¿Crisis inminente?
Ante la consulta sobre si es posible una crisis económica, García sostuvo el lunes que hay que ver "qué impacto tiene en el mercado" la decisión gubernamental. Esto es si los actores financieros "aceptan esta oferta del 40% de interés sobre las Lebacs o si, de todos modos, deciden mantener posiciones en dólares presionando sobre la moneda".
Pero advirtió entonces que, incluso en caso de que el mercado de capitales opte por pasarse a las Lebacs, "patea el problema para adelante porque, en algún momento, los capitales cobran y quieren pasar a calidad. Quieren fugar divisas y para eso precisan comprar dólares".
Asimismo analizó que "en lo inmediato" no va a tener un impacto comparable a "la hiperinflación argentina de 1989 o la crisis de 2001". No obstante abona al "deterioro de las cuentas nacionales y a una situación de suma fragilidad externa".
"A todo esto hay que tener en cuenta que el nivel de endeudamiento argentino es muy alto, pero además de eso tenemos un déficit comercial que ronda el 7% u 8%", concluyó el entrevistado.
A su vez Kalos hizo hincapié en un problema estructural y opinó que el país "no está cerca de sufrir una crisis económica, pero a la vez nunca está lejos". Las crisis económicas en Argentina "son cíclicas en virtud de la estructura productiva, que no ha cambiado en las últimas décadas e incluso se ha profundizado", explicó. Esto genera una "necesidad continua y perpetua" de dólares que cuando no pueden ser obtenidos por exportaciones, inversión extranjera directa o deuda, "se vuelve a entrar en crisis", concluye.
Falta de alternativas
Para la economista, investigadora y escritoria Mercedes D'Alessandro, además de los problemas del gobierno de Macri, también aparece como una dificultad la falta de otras propuestas para solucionar la situación. En su artículo '¿Compro dólares?', cuestiona que quienes se desde la oposición "oscilan entre comentar la velocidad de respuesta del Banco Central con dedito y sonrisita de costado" o, en su defecto, proponen "volver al pasado, a ese pasado de que el dinero extra se convierte en consumo a falta de posibilidades de ahorro, de vivir al día".
D'Alessandro, quien además es presidenta de la ONG Economía Femini(s)ta, plantea que la discusión se da entre "teorías viejas y ajadas". Según su punto de vista, "poco tienen para aportar a los problemas del presente y del futuro".
"¿Por qué la salida está en el consumo? De un consumo, además, de cosas que no necesitamos, de una mayor producción de objetos inútiles", plantea y deja la incógnita abierta hasta que nos pongamos a "pensar en serio cómo y de qué manera cortamos este ciclo pendular".
Santiago Mayor