Obispos de la Conferencia Episcopal de Chile brindaron una conferencia de prensa este lunes en Roma, informa 24 Horas, donde arribaron con el fin de reunirse con el papa Francisco para analizar las denuncias sobre casos de abusos sexuales que giran en torno a la Iglesia católica del país sudamericano. "Llegamos con dolor y vergüenza", expresó uno de los voceros, el monseñor Fernando Ramos Pérez, obispo auxiliar de Santiago.
A su vez, Ramos añadió: "Es un proceso doloroso, pero también nos abre instancias de renovación bastante grandes". Por su parte, el sumo pontífice convocó a 33 obispos chilenos —entre diocesanos, auxiliares y eméritos— para analizar el conflicto. Los encuentros entre el líder religioso argentino y los representantes chilenos se llevarán a cabo desde el martes 15 hasta el jueves 17 de mayo.
Caso Karadima en el detrás de escena
Asimismo, La Nación destaca que el cardenal Francisco Javier Errázuriz fue el último en llegar a Roma, ya que intentó ausentarse argumentando que solo es obispo emérito de Santiago. Sin embargo, el papa le ordenó viajar; Errázuriz fue quien le entregó los informes del caso del sacerdote Fernando Karadima, considerado culpable por la Santa Sede de haber cometido abusos sexuales, pero sobreseído por la Justicia chilena: se comprobaron los delitos, pero la causa prescribió porque se realizaron entre 1980 y 1995, destacó Emol por aquel entonces.
Meses atrás, cuando el papa visitó Chile, recibió duras críticas al estar acompañado por el obispo de Osorno, Juan Barros, señalado como presunto encubridor de Karadima. En tanto, Francisco se involucró en la situación y hasta el domingo 29 de abril sostuvo reuniones con las víctimas de estos casos puntuales: James Hamilton, Juan Carlos Cruz y José Andrés Murillo, publicó Cooperativa.
Así las cosas, un comunicado publicado el sábado 12 de mayo por la Oficina de Prensa de la Santa Sede afirma que Francisco está "interpelado por las circunstancias y los desafíos extraordinarios que plantean los abusos de poder, sexuales y de conciencia, ocurridos en Chile a lo largo de las últimas décadas".
En esa línea, desde el Vaticano afirmaron que el máximo referente de la Iglesia católica "considera necesario examinar en profundidad sus causas y consecuencias, así como los mecanismos que han llevado en algunos casos a su encubrimiento y a las graves omisiones hacia las víctimas". Por lo pronto, no está previsto que el papa brinde declaraciones públicas antes o después de los encuentros.