Científicos han descubierto pruebas de la existencia de corrientes de agua en la luna Europa, uno de los satélites de Júpiter, basándose en los datos recopilados por la antigua sonda de la NASA en 1997, recoge The Verge.
El descubrimiento, cuyos resultados han sido publicados este martes, ha sido posible gracias a que la misión espacial Galileo de la NASA, que fue lanzada en 1989 para estudiar Júpiter y sus lunas, voló a través de uno de las corrientes de agua de Europa. En 1997 la sonda Galileo transmitió señales inesperadas cerca de la superficie de Europa que los científicos no habían logrado explicar hasta ahora.
Hasta el momento, las únicas pruebas de la presencia de flujos de agua en Europa fueron aportadas por los datos del telescopio espacial Hubble, que captó imágenes de géiseres de agua en la luna helada en 2012 y 2016. Sin embargo, las imágenes del Hubble salieron borrosas y no fueron consideradas como pruebas fiables.
La evidencia más solida
El científico espacial de la Universidad de Michigán y autor principal del estudio, Xianzhe Jia, considera que el hallazgo de Galileo representa "la evidencia más sólida que hemos tenido hasta el momento" en lo que a la presencia de corrientes en Europa se refiere.
Se cree que estos riachuelos de agua provienen de un océano subterráneo de agua salada y líquida, lo que convierte a Europa la principal candidata para la búsqueda de vida extraterrestre en el Sistema Solar.
La presencia de los flujos ofrece a los científicos la oportunidad de investigar el océano de Europa para averiguar si este cuerpo celeste alberga vida. En 2022 la NASA planea lanzar la misión espacial Europa Clipper para recoger muestras de las corrientes.