Negociadores del Gobierno chino se disponen a ofrecer a EE.UU. un paquete de promesas de compra de productos estadounidenses por valor de 200.000 millones de dólares anuales, en un intento por detener el déficit comercial entre ambos países, informó este jueves el The New York Times.
El paquete, que según los funcionarios chinos ascendería a 200.000 millones en concesiones comerciales, fue solicitado por parte de la Administración Trump al Gobierno chino a principios de este mes. De concretarse la medida, podría desactivar la campaña impulsada por el presidente de EE.UU., Donald Trump, contra las prácticas comerciales de China, reequilibrando así la relación comercial entre Washington y Pekín.
No obstante, algunos economistas advierten que cualquier promesa proveniente del país asiático es una medida ilusoria, debido a los obstáculos estructurales existentes en China para comprar más exportaciones del país nortamericano. Este mismo escepticismo lo comparten muchos críticos, que aseguran que esta medida podría perjudicar a la agenda de Trump, que incluye represalias a Pekín por presionar a las empresas de EE.UU. para que cedan su sector tecnológico.
En la trinchera de la negociación
Las negociaciones con Pekín se producen en un momento crítico para Trump, a menos de cuatro semanas para que se produzca su encuentro con el líder norcoreano, Kim Jong-un, en Singapur. Durante el último mes, el mandatario norcoreano se ha reunido dos veces con su homólogo chino, Xi Jinping, para mantener conversaciones sobre el abandono del arsenal nuclear de Corea del Norte. Algunos funcionarios creen que Pekín estaría usando su influencia sobre Pionyang como palanca para presionar a Trump, de modo que este acepte un acuerdo comercial.
La oferta china es la respuesta a una solicitud planteada por una delegación comercial estadounidense de alto nivel que visitó Pekín a principios de mayo para pedir a China que redujera en 200.000 millones de dólares su comercio deficitario —que llegó a los 375.200 millones de dólares el año pasado—. Se espera que China se comprometa reducir esta brecha comprando más productos agrícolas como la soja. Asimismo, es probable que los funcionarios chinos pongan sobre la mesa las promesas de Trump y de anteriores presidentes de EE.UU. relacionadas con la apertura de sectores de la economía, como la banca o los seguros, para la inversión extranjera. A cambio, China haría todo lo posible para levantar las sanciones contra el gigante de las telecomunicaciones ZTE, así como suavizar los controles de exportación para las empresas estadounidenses dedicadas a la tecnología.
¿Una cifra irreal?
La cifra de 200.000 millones de dólares equivale a más de la mitad del déficit comercial anual de EE.UU. con China. Según Chad Bown, investigador del Peterson Institute for Internacional Economics, "la respuesta a corto plazo es que estas cifras son poco realistas", ya que, incluso si el gigante asiático dejara de comprar productos extranjeros a otros socios y solo importara productos estadounidenses, no sería posible alcanzar tal cantidad. Esto se debe a que la economía de Washington ya está funcionando cerca de los límites de su capacidad productiva, lo que significa que no podría producir suficientes bienes nuevos para satisfacer la demanda china, especialmente a corto plazo.
En este escenario, Estados Unidos, probablemente, dejaría de vender aviones, soja y otros productos a otros países y, en su lugar, los vendería a China, reduciendo así el déficit comercial de Washington con Pekín, aunque dejaría inalterado el déficit comercial estadounidense con el resto de naciones.