Legisladores estadounidenses presentaron este jueves un proyecto de ley bipartidista que busca prohibir el suministro de cazas de quinta generación F-35 a la "cada vez más hostil y autoritaria" Turquía, en parte, por el intento de Ankara de comprar sistemas de defensa antimisiles rusos.
El documento está diseñado para presionar a Turquía con el fin de que respete los estándares de la OTAN y limite la exposición de los activos de la alianza a "actores hostiles".
Cualquier suministro potencial de cazas polivalentes será posible solo si el presidente estadounidense certifica que Ankara "no está dando pasos para degradar la interoperabilidad de la OTAN" o la "seguridad general de los países miembros".
Entre las condiciones se encuentran también que Ankara no intente "comprar artículos de defensa a un país objeto de sanciones impuestas por EE.UU.", que no encarcele a ciudadanos estadounidenses, y que no participe en un "acto militar" que viole las leyes internacionales.
Turquía planea comprar 116 aviones F-35 bajo contratos firmados entre 2014 y 2016. Sin embargo, los primeros suministros, fechados para entre 2018 y 2019, se ven amenazados por el creciente desacuerdo entre Washington y Ankara sobre diversos asuntos, incluida la operación militar de Turquía en Siria y su decisión de comprar sistemas antimisiles rusos S-400.
"No podemos hacer la vista gorda ante el comportamiento grosero y reprochable de Turquía", comentó David Cicilline, miembro del Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes, quien introdujo el proyecto.
La OTAN teme que operar S-400 y F-35 simultáneamente podría exponer las vulnerabilidades del producto de Lockheed Martin ―el proyecto de defensa más costoso de la historia―, dado que Turquía busca combinar los sistemas informativos del caza con la red de la Fuerza Aérea del país.