¿Quién hace trampa? Detectan concentraciones de un químico prohibido que destruye la capa de ozono
El peligro de destrucción de la capa de ozono llevó en 1987 a firmar el Protocolo de Montreal, destinado a enfrentar esta problemática. Basado en un trabajo de científicos de la estadounidense Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) se concluyó que los clorofluorocarburos (CFC) eran responsables del problema y se decidió prohibir su uso de manera gradual. En 2010, ya debían estar desaparecidos por completo.
No obstante, de acuerdo con las últimas mediciones atmosféricas a largo plazo, recientemente las emisiones de CFC-11 aumentaron. Es decir, alguien no cumplió el protocolo internacional. Por el momento, el equipo de investigadores no logró comprobar qué país es el responsable de esta situación, aunque aseguró que la nueva producción proviene del este asiático, publicó la revista Nature.
"Necesitamos más trabajo para descubrir exactamente por qué las emisiones de CFC-11 están aumentando y si se puede hacer algo al respecto pronto", expresó el autor principal del estudio, Stephen Montzka, del NOAA.
Una tendencia preocupante
Desde la firma del Protocolo de Montreal y el comienzo de los controles, esta es la primera vez que se detecta un aumento durante un período prolongado de las emisiones de uno de los tres CFC más abundantes y de mayor duración de efecto. Tanto es así que, entre 2014 y 2016, su presencia creció un 25% por encima del promedio de 2002 a 2012.
"Es muy probable que alguien pueda estar produciendo el CFC-11 que se está escapando a la atmósfera. No sabemos por qué podrían estar haciendo eso, y si lo están haciendo con algún propósito específico o bien inadvertidamente, como resultado secundario de algún otro proceso químico", explicó Montzka, quien concluyó que si las emisiones no son identificadas y controladas a la brevedad, el crecimiento del agujero de la capa de ozono antártica será aún mayor.