Del uso militar al comercial: el Boeing 777X será el primer avión de pasajeros con alas plegables
Los extremos de las enormes alas de los nuevos Boeing 777X se plegarán para que estos enormes aviones puedan cruzar las puertas de los hangares. Los reguladores aéreos estadounidenses ya han aprobado este innovador diseño para los aviones de pasajeros que construye el fabricante con sede en Chicago, informa Bloomberg.
Las nuevas alas, las más grandes jamás creadas por Boeing, están tomando forma a medida de que la compañía ensambla el primero de sus aviones 777X en una fábrica situada al norte de Seattle. Será la característica más distintiva de estos aviones bimotores, capaces de transportar a más de 400 viajeros en su versión 777-9X, según la web de Boeing.
Una vez que los nuevos aviones aterricen, los extremos de las alas se plegarán hacia el cielo. Según insisten desde Boeing, no hay motivo para la preocupación: un conjunto de mecanismos de bloqueo impedirán que las alas se doblen durante el vuelo.
A día de hoy será el único diseño de alas de este tipo entre las aeronaves comerciales, ya que las normas de diseño de estas no contemplan las alas plegables, una realidad bastante normal, por otra parte, para los aviones de combate, sobre todo en el caso de los cazas embarcados.
En lugar de aluminio, Boeing fabricará las nuevas alas con compuestos de fibra de carbono, que son más resistentes y livianos. Esa tecnología proporcionará a la compañía la posibilidad de ampliar el ancho de las alas en 7 metros, lo que representa un 11% más respecto a los actuales aviones de la serie 777, que comenzaron a producirse en 1993.
Más ventajas
Las alas del Airbus A380 SE de dos pisos, el avión de pasajeros más grande del mundo hasta la fecha, miden 80 metros de ancho. Su enorme tamaño requirió que algunos aeropuertos construyeran puertas especiales para embarcar pasajeros. Precisamente la ventaja del nuevo modelo de Boeing radica en que sus alas (con una envergadura de 71,1 metros en vuelo y 64,8 plegadas en tierra) no representarán inconvenientes a la hora del embarque y mantenimiento, por lo que los aeropuertos no deberán adaptarse, como ocurrió con los A380.