FOTOS: Arqueólogos daneses descubren la salvajada oculta tras una batalla contra los romanos
Los rituales violentos que realizaban los bárbaros tras librar enfrentamientos se convirtieron en leyenda, pero hasta nuestros días casi no llegaron relatos escritos de sus guerras y los restos humanos que los arqueólogos encuentran en los campos de batalla rara vez están bien conservados.
Sin embargo, entre 2009 y 2014 un equipo de arqueólogos de la Universidad de Aarhus y el Museo Moesgaard (Dinamarca) excavó, limpió y estudió 2.095 huesos y fragmentos que se encontraban en los humedales de Alken Enge —en el valle del río Illerup— y han publicado sus hallazgos en la revista científica PNAS.
Ese entierro masivo data del siglo I, cuando el Imperio romano se extendía por el norte de Europa y se encontró con una resistencia encarnizada de los pueblos germánicos.
La datación por radiocarbono determinó que todos los restos y sus armas correspondían a un solo evento. Muchos tenían señales de haber sufrido traumas graves que no se curaron e indicaría que sufrieron esas heridas poco antes de morir.
El análisis de los especialistas determinó que los caídos fueron devorados por perros, zorros y lobos pero después alguien regresó, desmembró los cadáveres y tiró sus restos al fondo de un lago, donde reposaban.
Los huesos pertenecían a un mínimo de 82 hombres entre los 20 y los 40 años, aunque los expertos estiman que fallecieron alrededor de 380 guerreros.
Alken Enge: Massegrav fra jernalderen »får hårene til at stritte«Et gruopvækkende opgør, hvor 13-årige har kæmpet side om side med voksne mænd, og hvor de døde er blevet efterladt og flået i stykker af sultne rovdyr.https://t.co/I49E4rFwIp#dkvid#arkæologi@MuseumMoesgaardpic.twitter.com/uXllCxWs01
— Videnskab.dk (@videnskabdk) 22 de mayo de 2018
En el lugar también había siete puntas de lanza, un hacha y fragmentos de espadas y escudos. Todas las armas estaban dañadas y no quedaban otros objetos personales, que se habrían llevado los vencedores.
"Alken Enge ofrece pruebas inequívocas de que las personas del norte de Alemania tenían formas sistemáticas y deliberadas de limpiar los campos de batalla", escribe este equipo científico.
Además, "las prácticas de desmembramiento corporal, modificación, composición y ensamblaje de huesos sugieren una dimensión ritual en el tratamiento de restos de cuerpos humanos", concluyeron estos historiadores.