Más de una década después de la muerte del exlíder Saddam Hussein, uno de los tesoros que dejó atrás ha encontrado un nuevo propósito. Se trata de un superyate construido en 1981 por encargo del entonces presidente iraquí, que ha sido recientemente inaugurado como un hotel para marineros.
"El yate presidencial está en muy buenas condiciones. Sus dos motores y generadores funcionan", indicó a Reuters Abdul Zahra Abdul Mahdi Saleh, capitán del yate, bautizado recientemente como Basrah Breeze en honor al puerto iraquí de Basra, donde se encuentra anclado. "Solo necesita mantenimiento periódico", añadió.
La nave de 82 metros de eslora ha sobrevivido a más de tres décadas de conflicto regional; sin embargo, Hussein nunca llegó a abordarla. En vez de eso, tras ser entregada por un astillero danés el exlíder la envió a Arabia Saudita para protegerla de ataques aéreos. Desde entonces ha rondado países como Jordania y Francia para luego ser recobrada por el Gobierno iraquí en 2010.
Las autoridades intentaron entonces vender el yate por unos 30 millones de dólares, pero al no lograr el objetivo lo destinaron a servir como un laboratorio de investigación marina, función que cumplió durante los últimos dos años hasta que fue convertido recientemente en un hotel.
Equipado con una 'suite' presidencial con comedores y dormitorios privados originalmente exclusivos de Saddam, así como 17 habitaciones más pequeñas, 18 cabinas para la tripulación y una clínica, el opulento buque alberga ahora a capitanes de barcos que laboran periódicamente en el puerto de Basra y que viven lejos de ahí.