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Con la cumbre en el limbo, la 'presión máxima' de EE.UU. a Pionyang está bajo cuestión
China muestra cada vez menos voluntad de presionar a Corea del Norte al dictado de las políticas de Washington.
La "campaña de presión máxima"de la Administración Trump hacia Pionyang puede entrar en una fase peligrosa por la falta de intención de los países de la región de seguir con la política de sanciones.
Al tiempo que la celebración de la cumbre entre el presidente de EE.UU., Donald Trump, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, se ha quedado en el limbo, altos cargos estadounidenses citados por la agencia Reuters sugieren que Washington puede aplicar nuevas sanciones a Corea del Norte por su programa nuclear, aunque China y Corea del Sur pueden ser reacios a participar en las mismas.
Para infligir un mayor daño económico a Pionyang, EE.UU. también puede intensificar los esfuerzos para interceptar buques sospechosos de violar las restricciones comerciales internacionales introducidas contra el Gobierno de Kim. Un funcionario estadounidense dijo bajo condición de anonimato que algunos países están interesados en unirse a esa iniciativa.
No obstante, un gran desafío para Washington podría ser el creciente desacuerdo de China, el principal socio comercial de Corea del Norte, con las políticas estadounidenses. Las dos recientes reuniones entre Kim Jong-un y el presidente chino, Xi Jinping, mostraron cierto deshielo que podría dificultar que China se una a EE.UU. para tomar acciones más duras.
"China ya se está desconectando. Una delegación de alto nivel de Corea del Norte acaba de completar un recorrido económico de 11 días por las ciudades industriales chinas", indicó Lee Seong-hyon, investigador del grupo de expertos del Instituto Sejong de Corea del Sur.
Por su parte, Seúl podría poner en duda cualquier nueva medida estadounidense que pueda perjudicar los acuerdos alcanzados en la histórica cumbre intercoreana.
Sin embargo, Washington tiene a su disposición otras medidas unilaterales como la imposición de sus propias nuevas sanciones adicionales a funcionarios y entidades de Corea del Norte o a compañías chinas que hagan negocios con Pionyang.
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