Corría el año 1997 y Mauricio Macri promediaba su primera presidencia en el Club Atlético Boca Juniors de Argentina, uno de más importantes del fútbol sudamericano y el que más seguidores tiene en el país. Entre sus primeras iniciativas propuso a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) una resolución que permitiera la creación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD). De esta forma se buscaba modificar el estatus de Asociaciones Civiles Sin Fines de Lucro que actualmente tienen las instituciones deportivas para convertirlas en empresas privadas. Solo Macri votó a favor.
Sin embargo la idea nunca dejó de estar presente en el empresario luego devenido político. Tras su llegada a la Presidencia en 2015, la iniciativa fue reimpulsada, ahora desde el Poder Ejecutivo. Desde la perspectiva gubernamental, convertir a los clubes en SAD permitiría resolver sus problemas económicos y volverlos más eficientes en el manejo de sus finanzas.
"A fines de 2016 se vota un cambio de estatuto de la AFA en donde se propone inicialmente construir una Superliga que permitiera que dentro compitieran las SAD y convivieran con Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro", explicó a este medio Hernán Aisenberg, fundador e integrante de la Coordinadora de Hinchas que surgió en ese mismo momento para enfrentar la privatización. Nuevamente, al igual que a fines de los años '90, la propuesta no prosperó.
Las SAD al Congreso
"¿Llegan las sociedades anónimas deportivas luego del Mundial de Rusia?", tituló en febrero de este año el diario argentino La Voz anticipando el proyecto oficial. Según ese medio, el secretario general de la Presidencia de la Nación, Fernando De Andreis; el jefe del bloque de diputados del oficialismo, Nicolás Massot, y Fernando Marín, funcionario de la secretaría de Deportes, se reunieron con empresarios para abordar el tema.
Allí evaluaron distintos clubes de diferentes categorías que, debido a su precaria situación económica, podrían ser buenas pruebas piloto para las SAD. Entre los mencionados aparecían Arsenal de Sarandí, Olimpo de Bahía Blanca y Newell’s Old Boys de Rosario.
"El proyecto está cajoneado por ahora, pero creemos que en algún momento antes de fin de año el macrismo lo va a lanzar desconociendo la decisión de AFA y su estatuto", opinó Aisenberg. Además insistió en que desde la Coordinadora de Hinchas se oponen "en primer lugar porque es un modelo que no fue elegido desde los clubes". Pero además porque plantea un "problema estructural" que es que los clubes "desaparecerían como tales".
El modelo chileno
Existen varias ligas del mundo que aplican este sistema, pero una de las principales referencias en las que se apoya el proyecto argentino es en el fútbol chileno. Sin embargo, distintos analistas han dado cuenta de los problemas que tiene y cómo no ha resuelto nada de lo que supuestamente vino a solucionar.
De acuerdo al reconocido periodista deportivo argentino, Ezequiel Fernández Moores, el modelo de Chile llevó a que "en un 85 %" los clubes hoy estén quebrados. En un artículo publicado hace un año en el diario La Nación aseguró que "los grandes deben el doble que antes y gran parte de la deuda al fisco sigue impaga".
Un artículo del diario chileno El Desconcierto, citaba en 2016 al exministro y uno de los impulsores de la ley, Francisco Vidal, quien reconocía lo mismo. "Impulsamos la ley para salvar a la actividad, pero no ha resultado".
En la misma nota, titulada 'Fútbol-Negocio en crisis: las cifras que muestran el fracaso de las Sociedades Anónimas Deportivas', se apuntaba que los 32 clubes de la Primera División gastaban 2.759 millones de pesos chilenos mensuales (4.500.000 dólares), mientras que recibían por derechos televisivos 2.500 millones (4 millones de dólares). Y esto solo considerando los sueldos de los futbolistas, sin contemplar cuerpo técnico, gastos administrativos, mantención del club y el retiro de utilidades por las Sociedades Anónimas.
Los clubes no quieren ser SAD
También en febrero de este año el diario Tiempo Argentino hizo un relevamiento, recopilando declaraciones públicas y entrevistando a dirigentes de los 28 clubes que actualmente disputan la Superliga (primera división). El resultado fue llamativo ya que, a pesar de la presión gubernamental, sólo cinco instituciones se mostraron abiertamente a favor de constituirse como SAD.
Ni siquiera Boca Juniors, el club del cual Macri fue presidente e hincha, aseguró convertirse en una sociedad anónima. Quienes manifestaron su intención de ser adquiridos por empresas privadas fueron Arsenal, Banfield, Talleres de Córdoba, San Martín de San Juan y Patronato.
En defensa de la identidad
"En Argentina los clubes son propiedad de todos. No están diagramados en un esquema basado en la propiedad privada, sino en la construcción colectiva", sostuvo el integrante de la Coordinadora de Hinchas. A su vez apuntó que "generaron la posibilidad" de que existan los hinchas. "No somos clientes, no compramos un producto, no somos meros espectadores", enfatizó Aisenberg.
En ese sentido explicó que son parte del juego, del fútbol y de los clubes. "Somos quienes le damos vida a una pasión que no logra explicarse en términos financieros y no hay forma de intercambiarla por nada", dijo.
Desde su perspectiva el actual Gobierno quiere "romper y resquebrajar esos lazos sociales" buscando que "el pueblo deje de organizarse" y por eso "buscan hacer desaparecer a los clubes".
Finalmente planteó la necesidad de desarrollar la participación política "hacia adentro de los clubes para que las discusiones se den ahí". Eso es lo que busca la Coordinadora porque de constituirse las SAD se quedarían "sin voz y sin voto". "El 98 % de la población argentina sabe de qué club es hincha y jamás va a cambiar esos colores", insistió Aisenberg y concluyó: "La política se tiene que hacer cargo y la Coordinadora de Hinchas tiene que salir a la calle, ir a los clubes y frenar al macrismo con esta iniciativa".
Santiago Mayor