El Volcán de Fuego ha iniciado su segunda erupción en 2018, que se considera la más fuerte de los últimos años. Según datos de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres de Guatemala (Conred), las columnas de ceniza alcanzan una altura de 10.000 metros sobre el nivel del mar.
La erupción del volcán, situado en el sur de Guatemala, ha generado fuertes flujos piroclásticos en las barrancas de Cenizas, Mineral, Seca, Taniluya, Las Lajas y Barranca Honda. También se han observado corrientes de lava que han llegado hasta sectores residenciales.
Las columnas de ceniza se han extendido a más de 25 kilómetros y han cubierto los departamentos de Chimaltenango, Sacatepéquez, Escuintla y Guatemala. Los municipios afectados son Antigua Guatemala, Alotenango, San Antonio Aguas Calientes, Santa Catarina Barahona, Ciudad Vieja, San Miguel Dueñas, Acatenango, San Andrés Itzapa, Patzicia, Saragoza, Patzún y Tecpán Guatemala.
Además, se ha observado un incremento en el caudal del río Pantaleón, lo que vinculan con el descenso de un lahar ―un flujo de lodo volcánico mezclado con detritos rocosos―, que se debió a la acumulación de material en las barrancas del volcán y las lluvias.
La caída de cenizas ha provocado el cierre de pistas del Aeropuerto Internacional La Aurora. La Dirección General de Aeronáutica Civil ha anunciado que todos los vuelos quedan temporalmente suspendidos.
En la capital del país, un motociclista ha derrapado por las cenizas en el asfalto. Los socorristas de la Cruz Roja Guatemalteca brindan atención médica a dos adultos y un menor.
La Conred indica que la ceniza de los flujos piroclásticos "avanza a más de 40 kilómetros en dirección del viento" y la actual erupción del volcán de Fuego "genera retumbos fuertes con ondas de choque ocasionando vibración en techos y ventanas a una distancia de 20 kilómetros".