El partido amistoso que las selecciones de Israel y Argentina iban a disputar el próximo 9 de junio en Jerusalén ha sido suspendido.
Este iba a ser el último encuentro de preparación de la 'albiceleste' de cara al Mundial de Rusia. Pero el choque deportivo no ha podido escapar del conflicto político entre Israel y Palestina, el cual se ha agravado en las últimas semanas.
Este martes, decenas de personas se reunieron en las inmediaciones del Complejo Deportivo Joan Gamper del F.C. Barcelona, donde la selección argentina realizaba una sesión de entrenamiento, para reclamar que Argentina no dispute el amistoso en Jerusalén.
"Le pedimos a Messi, por todo lo que representa mundialmente, que no vaya a Israel", dijo Omar García, un cordobés de 49 años. "El partido se jugará en Al Malha, una zona de Jerusalén construida sobre aldeas que fueron arrasadas. La Argentina no debe desconocer lo que allí ha ocurrido", denunció el manifestante. No en vano, el estadio Teddy Kollek de Jerusalén se encuentra en el barrio levantado sobre las ruinas de una aldea palestina después de la guerra árabe-israelí de 1948.
No obstante, lo más llamativo de las protestas de Barcelona fueron las camisetas que portaban los manifestantes, que parecían haber sido manchadas con sangre.
Las autoridades palestinas tampoco ocultaron su rechazo al partido de fútbol. En este sentido, el pasado domingo, el presidente de la Asociación Palestina de Fútbol, Jibril Rajoub, se dirigió al Messi para que no jugara el amistoso con Israel y pidió a los hinchas que quemaran fotos y camisetas suyas si lo hacía. En una rueda de prensa en la ciudad de Ramala (Cisjordania), dijo a los periodistas que había escrito al Gobierno argentino pidiéndole que su máxima estrella no participara en el choque amistoso. "Este partido se ha convertido en un instrumento político", expresó Rajoub. "Messi es un símbolo de la paz y el amor. Le pedimos que no participe en el blanqueo de los crímenes de la ocupación", agregó.
Rajoub también precisó que Palestina se opone al partido porque el escenario ha sido trasladado de Haifa a Jerusalén. "Si el partido entre Argentina e Israel se hubiera celebrado en Haifa, como estaba originalmente previsto, no nos habríamos opuesto del todo", aseguró a The Times of Israel.
A su vez, el ministro de Deporte y Cultura de Israel, Miri Regev, se ha referido a la cancelación del partido aseverando que los jugadores argentinos recibieron amenazas de "grupos terroristas".
Por su parte, el ministro de Exteriores de Argentina, Jorge Faurie, no ha confirmado la cancelación del partido aún pero trasladó a los periodistas en Washington este martes que los jugadores "no estarían con voluntad" de jugarlo. Además, afirmó que el director técnico del combinado albiceleste, Jorge Sampaoli, prefería concentrarse en la preparación del partido ante Islandia, que se disputará el 16 de junio. La semana pasada, Sampaoli ya manifestó su descontento por tener que viajar a Jerusalén a disputar ese partido. Aseguró preferir que "el amistoso se disputara en Barcelona".
El vicepresidente segundo de la Asociación del Fútbol Argentino, Hugo Moyano, aseguró que le "parece bien que se haya suspendido el partido". "Se ha hecho lo correcto, no valía la pena. Lo que pasa en esos lugares donde matan tanta gente, como ser humano no se puede aceptar de ninguna manera. Las familias de los jugadores estaban sufriendo por las amenazas", declaró Moyano.