Ningún barco o avión militar puede infundir miedo a China ni cambiar su determinación de proteger su territorio, declaró el Ministerio de Exteriores del país asiático después de que dos bombarderos B-52 de la Fuerza Aérea estadounidense sobrevolaran un área cercana a las disputadas islas Spratly, en el mar de China Meridional.
En una conferencia de prensa, la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Hua Chunying, afirmó que estaba esperando a que EE.UU. aclarara si el envío de "este tipo de armas ofensivas" al Mar de China Meridional cuenta como una forma de militarizar la región, una acusación recurrente de Washington hacia Pekín.
Daremos todos los pasos necesarios para defender la soberanía y seguridad del país
"China no tendrá miedo de ningún barco o avión militar. Daremos con mayor firmeza todos los pasos necesarios para defender la soberanía y seguridad del país, para proteger la paz y la estabilidad de la región del Mar de China Meridional", destacó Hua, citada por Reuters.
Por su parte, Washington no tiene intención de cesar sus operaciones en esta área marítima a pesar de que Pekín las condene como "infracciones serias" de su soberanía, afirma Christopher Logan, teniente coronel del Cuerpo de Marines y portavoz del Departamento de Defensa estadounidense.
El pasado 27 de mayo, el destructor de misiles USS Higgins y el crucero de misiles USS Antietam navegaron a una distancia inferior a 12 millas náuticas de varios islotes que China reivindica. Pekín tachó esa acción de "provocación" y envió varios buques y aviones a la zona para obligarlos a retirarse.
Desafíos de la región
Estados Unidos ha criticado en repetidas ocasiones la construcción de islotes e instalaciones militares por parte de Pekín en el archipiélago de las Spratly, argumentando que estas podrían ser utilizadas para restringir la libertad de navegación en las aguas de la zona.
El pasado sábado, el secretario de Defensa de EE.UU., James Mattis, criticó al Gobierno chino acusándolo de generar "intimidación y coerción" en la región del Indo-Pacífico. Sin embargo, también dijo que EE.UU. está preparado para "apoyar las decisiones de China si estas promueven la paz a largo plazo y la prosperidad para toda esa dinámica región".
El jefe del Pentágono recalcó que "ninguna nación puede ni debería ser dominante" en esta zona, y aseguró que las tropas estadounidenses no se retirarán de la región, cuyas arterias marítimas son de gran importancia económica para todos los países.
Pekín rechaza firmemente las críticas sobre su supuesta "militarización" de este mar. "China tiene la soberanía indiscutible sobre las islas Spratly y sus aguas adyacentes", señaló en junio del año pasado su portavoz de Exteriores. Pekín "respeta y protege la libertad de navegación y de sobrevuelo de todos los países" en la zona, pero se opone totalmente a la demostración de fuerza en la región de ciertos países que "desafían y amenazan la soberanía y seguridad de China", añadió.