El izquierdista Andrés Manuel López Obrador, candidato presidencial de México, pactó una tregua de facto con la élite empresarial mexicana con la que ha estado confrontado desde hace años tras reunirse con integrantes del Consejo Mexicano de Negocios.
Y con ello, dio también un paso clave rumbo a la presidencia del país a menos de un mes de las elecciones, según analistas.
Esto, luego de que algunos integrantes de las cúpulas empresariales libraran una campaña mediática contra el 'populismo' que representa el proyecto político de López Obrador.
De ahí la expectativa que generó la reunión del político de la coalición Juntos Haremos Historia con los hombres y mujeres más ricos de México, a quienes en más de una ocasión el político calificó como "minoría rapaz".
En este contexto, tanto empresarios como López Obrador hicieron las paces, luego de que la ventaja de más de 25 % del izquierdista sobre el centroderechista Ricardo Anaya, su más cercano perseguidor, ha generado la sensación en algunos sectores de que la victoria del político tabasqueño es prácticamente irreversible.
Una tregua que se selló también con un abrazo entre viejos enemigos.
"Limar asperezas" con un abrazo
"Se aclararon dudas, se limaron asperezas y se estableció un compromiso para trabajar juntos, en el caso de que los mexicanos decidan que yo sea el presidente de la República", dijo López Obrador al término de ese encuentro.
"Fue una reunión constructiva, con mucho respeto. Se aclararon muchas cosas, fue muy buena la comunicación", para "la relación entre nosotros" y "para el país", añadió.
A la reunión asistieron empresarios como Carlos Slim Helú, presidente de América Móvil; María Asunción Aramburuzabala, de la cervecería Grupo Modelo; Germán Larrea, dueño de las mineras de Grupo México; Claudio X. González Laporte, de la papelera Kimberly Clark; Alberto Baillères, dueño de Grupo Bal y Emilio Azcárraga Jean, presidente de Televisa, entre otros.
Todos ellos, empresarios con los que López Obrador ha sostenido enfrentamientos públicos a lo largo de su carrera política.
Por ello, uno de los actos más comentados del evento a puerta cerrada fue el abrazo que se dieron el candidato presidencial y el empresario Claudio X. González, uno de los empresarios políticamente más activos y señalado en reiteradas ocasiones por López Obrador de ser uno de los principales artífices de "la mafia del poder" en México.
"Platicamos de beisbol", dijo el empresario al término de la reunión, tras confirmar que sí hubo abrazo.
"Creo que tiene una idea, un plan. Ahora vamos a verlo en la instrumentación si el 1.º de julio gana. Todavía vamos a ver qué sucede", señaló González.
El encuentro entre López Obrador y la élite empresarial mexicana se dio luego de varias semanas de descalificaciones mutuas, tras una fuerte campaña contra el 'populismo' emprendida por el sector empresarial, incluyendo a personajes como Germán Larrea, el segundo hombre más rico de México, quien llamó a sus empleados a votar "con inteligencia y no con el enojo que todos compartimos".
"No considero que un modelo populista ni la amnistía sean la solución", señaló Larrea en una carta difundida la semana anterior, en una clara alusión a López Obrador.
En ese contexto se dio la reunión de López Obrador y la cúpula empresarial, la cual se mostró abierta a la posibilidad de trabajar con el izquierdista y quien lleva una amplia ventaja en la contienda, con niveles superiores al 50 % de las preferencias electorales.
"Un día clave"
"El de ayer fue un día clave en esta elección. Incluso, podría decirse que la tregua pactada entre Andrés Manuel López Obrador y los barones del dinero terminó de allanar el camino para el tabasqueño hacia la silla presidencial", escribió la periodista y analista Martha Anaya.
"Destacamos, sobre todo, lo que no se dijo, pero que quedó explícito: bandera blanca de aquí al 1 de julio", añadió Anaya en su columna de El Heraldo de México.
"De la mafia del poder a la magia del beisbol: Claudio X. González Laporte, continua y fuertemente denunciado por Andrés Manuel López Obrador como uno de los más malévolos integrantes de las cúpulas conspiratorias, se dio ayer un abrazo con el candidato presidencial tabasqueño, en un cruce de palabras que ya no fueron de reproches o acusaciones, sino referidas al deporte de los guantes y los bates", escribió por su parte el periodista Julio Hernández en su columna Astillero publicada en La Jornada.
"Aunque fue una reunión cordial, en términos generales, los multimillonarios le cuestionaron varias cosas al político tabasqueño, como acusarlos de tener 'secuestradas a las instituciones' y denostarlos con el calificativo de 'rapaces'. También le pidieron que no eche abajo las reformas estructurales ni proyectos como el nuevo aeropuerto o los contratos petroleros", escribió el periodista Mario Maldonado, especialista en el sector negocios, para El Universal.
Manuel Hernández Borbolla