La Fuerza Aérea de EE.UU. "ha perdido casi la mitad" de sus aviones estratégicos "en un día", tras la decisión de suspender temporalmente los vuelos de sus bombarderos B-1B Lancer, sostiene el analista Vladímir Scherbakov, del portal militar NVO.
La determinación de suspender a partir del 7 de junio todos los vuelos de estos aviones —un componente clave de la flota de bombarderos estadounidenses de largo alcance— fue tomada tras el incidente ocurrido el pasado 1 de mayo en Midland (Texas, EE.UU.). Ese día, la tripulación de un B-1B Lancer no pudo abandonar la aeronave durante una situación de emergencia, debido a un fallo del sistema de eyección, por lo que el avión tuvo que realizar un aterrizaje forzoso.
Según destaca el experto militar ruso, los bombarderos B-1B Lancer constituyen dos de las cinco alas de la aviación estratégica que se encuentra a disposición del Mando de Ataque Global de la Fuerza Aérea de EE.UU.
Si bien ese Mando dispone también de aviones B-52N y B-2A, los primeros son "demasiado viejos y lentos", y los segundos, "demasiado costosos" para utilizarlos en operaciones en las que "la existencia de EE.UU. como Estado independiente no esté en peligro", recalca Scherbakov.
"En las ciudades sirias podrán por ahora dormir tranquilos"
Por otro lado, dado que las Fuerzas Armadas estadounidenses no han especificado la fecha exacta para el regreso a funciones de todos los B-1B, "es de suponer que en un futuro inmediato no se debe esperar su participación en los diversos ataques que 'en nombre de la democracia'realiza el Pentágono por todo el mundo", comenta Scherbakov.
Por lo tanto, prosigue el experto, los habitantes de las ciudades sirias "podrán por ahora dormir tranquilos", puesto que EE.UU., como parte de su aviación estratégica en la región, solo dispone actualmente de los B-1B, y estos han sido temporalmente suspendidos.
- El B-1B es un bombardero supersónico capaz de llevar una carga útil convencional mayor que cualquier otro avión de la Fuerza Aérea de EE.UU.
- Los B-1B fueron utilizados en los ataques de EE.UU. contra instalaciones sirias durante el pasado mes de abril.