Italia ha sugerido a Francia que no de "lecciones hiprócitas" y acepte los inmigrantes que prometió admitir bajo un acuerdo de la UE, después de que París criticara a Roma por negarse el pasado domingo a que un barco con 629 migrantes africanos a bordo llegue a sus costas.
En particular, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, recriminó a París por "mirar hacia otro lado en lo que se refiere a la inmigración".
Conte, que tenía previsto reunirse con el presidente francés, Emmanuel Macron, este 15 de junio, pero este martes decidió cancelar su encuentro si Francia no presentaba una disculpa oficial ante Italia.
La postura de Conte fue apoyada por el ministro del Interior y líder del partido Liga, Matteo Salvini, que atacó a Francia en su discurso ante el Parlamento por tratar de parecer "excepcional" tras rechazar a 10.000 refugiados en la frontera italiana, "muchos de los cuales eran mujeres y niños".
Tras la negativa de Italia de permitir el desembarco, la nave Aquarius fue redirigida a Malta. Sin embargo su primer ministro Joseph Muscat también se negó a admitir el barco, criticando a Roma por violar la ley internacional.
España se ofreció este lunes a admitir el barco en sus aguas y advirtió a Italia de las posibles consecuencias legales que podría acarrearle su decisión. En este sentido, Salvini esgrimió que estaba dispuesto a colaborar con otros miembros de la UE "acatando el principio: italianos en primer lugar".
Obligada a aceptar a más de 700.000 inmigrantes desde 2013, Italia ha sentido que la UE la ha dejado "sola", después de que algunos países miembro recurrieran a "clausuras egoístas" de sus fronteras ante el influjo migratorio desde el norte de África, según lo formuló Conte.