Un estudio académico revela que los creyentes viven cuatro años más que los ateos

Investigadores universitarios opinan que la religiosidad lleva a un estilo de vida más saludable e impulsa a involucrarse en actividades sociales, lo cual podría contribuir a una mayor longevidad.

Un conjunto de investigadores de la Universidad de Ohio (EE.UU.) sostiene que los creyentes viven en promedio cuatro años más que los ateos y agnósticos, y que así lo corrobora el estudio que publicaron este miercoles, cuyos resultados recoge Live Science. 

Los científicos llevaron a cabo dos investigaciones, entre los años 2010 y 2012, durante los cuales estudiaron obituarios publicados en periódicos de 42 estados de EE.UU. 

Los datos de ambos estudios indican que, según esos obituarios, las personas fallecidas que tuvieron en vida una creencia religiosas vivieron en promedio cuatro años más que las que no creían en ningún dios. Al aportar tales cifras, los investigadores también tuvieron en cuenta factores colaterales como el género y estado civil de los fallecidos. 

Los autores del estudio consideran que la mayor longevidad de los creyentes se debe a que tienden a participar en labores voluntarias y estar involucradas en actividades sociales como las que organizan las iglesias. Algo que, se cree, aumenta la esperanza de vida.  

Según uno de sus coautores, Baldwin Way, profesor adjunto de psicología en la Universidad de Ohio, el estudio proporciona "evidencia persuasiva de que existe una relación entre participación religiosa y cuánto vive una persona". 

Sin embargo, los propios investigadores opinan que la actividad social contribuye solo en parte a una mayor expectativa de vida, no mayor a un año. Y entre las causas que hacen eso posible, destacan el estilo de vida más saludable que llevan los creyentes, ya que las normas de la mayoría de las religiones restringen el uso de alcohol y drogas y abogan por la moderación en la alimentación. 

Además, los investigadores consideran que ciertas "prácticas para combatir el estrés", como yoga, oraciones o meditación, también podrían figurar entre los factores que aumentan la longevidad. De cualquier forma, nada de eso se refleja en los obituarios, por lo que, dicen, se necesitarán más estudios sobre el tema.