Astrónomos de la Universidad de Groningen (Países Bajos) han descubierto los rastros de varias galaxias que se han fusionado con la Vía Láctea como producto de enormes colisiones que sufrieron estos cuerpos celestes, informa el sitio oficial de la alta casa de estudios.
El descubrimiento, que se hizo con la ayuda de la segunda publicación de datos recolectados por la sonda espacial Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), permitió determinar el origen intergaláctico de cientos de estrellas presentes en el halo de la Vía Láctea.
El satélite proporcionó a la comunidad científica información precisa sobre la ubicación y la trayectoria de millones de cuerpos celestes, principalmente aquellos que integran nuestra galaxia.
En particular, los expertos han detectado la presencia de cinco grupos de estrellas provenientes de galaxias menores, así como una gran 'mancha' formada por cientos de estrellas que se integraron a la Vía Láctea en un evento de fusión masivo, remodelando así la forma de nuestra galaxia.
"Nuestro objetivo es estudiar cómo ha evolucionado la Vía Láctea", expresó Helmer Koppelman, doctorando e integrante del equipo a cargo del estudio, detallando que "una de las interrogantes es si se fusionan numerosas galaxias pequeñas o algunas pocas de dimensiones mayores".
El estudio recopiló "la información de estrellas ubicadas en el rango de los 3.000 años luz del Sol", explicó Koppelman. Y precisó que, tras descartar las estrellas de nuestra galaxia, se obtuvieron los datos relacionados con 6.000 astros ubicados en el halo de la Vía Láctea, la nube estelar esférica que rodea el disco principal de nuestra galaxia y que, según los expertos, se habría formado como resultado de los eventos de fusión.