Desde este jueves y por un mes, todo Moscú es oficialmente la capital del fútbol mundial, pero hay una calle en particular donde el ambiente del principal evento futbolístico se respira de manera especial, donde la alegría de los hinchas se desborda y la fiesta no para hasta el amanecer.
Se trata de la calle Nikólskaya, situada en el pleno corazón de Moscú, a pocos pasos de la Plaza Roja y 'tomada' desde hace ya unos días por aficionados de distintos rincones del mundo, que la convirtieron en un verdadero festival de culturas y de pasión.
Es en esta estrecha e iluminada calle turística donde se han reunido los hinchas peruanos para manifestar apoyo a su selección y celebrar su primera participación en una Copa del Mundo en 36 años. Es aquí donde se han congregado numerosos fanáticos argentinos, cantando y ondeando banderas; o alegres aficionados mexicanos con sus característicos sombreros y no menos característica tequila. Cada uno ha traído aquí un pedacito de su cultura, mucha esperanza y mucha ilusión.
Los latinoamericanos son, sin duda, los 'dueños' de Nikólskaya, pero también destacan hinchas de otras regiones: los saudíes, los egipcios, los iraníes, y por supuesto, los propios rusos, que se acercan a la calle para sumarse a la fiesta, cantar o bien para hacerse un selfi con los coloridos hinchas extranjeros.
Aunque están reunidos por países; aunque rivales eternos como Brasil y Argentina se apuntan con algún que otro cántico y representantes de países tan opuestos como Irán y Arabia Saudita cantan a pocos metros unos de otros, todo transcurre en un ambiente de amistad y respeto, pues aquí se borran las fronteras y se olvidan los conflictos: todos están unidos por la misma pasión.