Tras recibir a los 629 migrantes del barco Aquarius que prometió acoger, el Gobierno español se ha dado a la tarea de proveerles un techo provisional. Como parte de este esfuerzo, ordenó desalojar en 24 horas una residencia estudiantil universitaria para alojar cerca de cien niños rescatados en aguas del Mediterráneo.
Las autoridades argumentan que el desalojo es necesario debido al riesgo de transmisión de enfermedades, pero la madre de Rubén, uno de los estudiantes desalojados de la residencia La Florida en Alicante, expone la otra parte del problema.
"Nosotros no nos oponemos a que se ayude a quien lo necesite, pero no es justo que a mi hijo lo echen de su residencia y lo dejen en la calle a mitad de curso", aseveró la afectada, precisando que la renta del dormitorio de su hijo cuesta 750 euros mensuales.
"Nosotros estamos sufriendo lo del desnudar a un santo para vestir a otro, y nos está provocando un gran problema", indicó a Actualidad Valdepeñas. Entretanto, el gobierno valenciano afirmó a RT que garantizará nuevos alojamientos con los gastos pagos para todos los estudiantes desplazados.
Los migrantes, provenientes del norte de África, atracaron el pasado domingo en el Puerto de Valencia tras una polémica internacional por la negativa de Italia y Malta a acogerlos. Madrid escogió La Florida como sitio para alojar temporalmente a los menores de entre 12 y 17 años que fueron rescatados sin adultos a su cargo.