Al menos en cinco cárceles yemeníes las fuerzas de seguridad torturan y abusan sexualmente a los reclusos, según ha revelado la agencia AP en una investigación. Cuatro de estos centros de retención están en la ciudad portuaria de Aden, de acuerdo con tres oficiales militares yemeníes que hablaron con la agencia de manera anónima por temor a sufrir represalias.
En estas cárceles se encuentran sin cargos ni juicios cientos de hombres que fueron arrestados bajo sospecha de ser miembros de Al Qaeda o el Estado Islámico por las fuerzas de los Emiratos Árabes Unidos que luchan en el sur del país en nombre del Gobierno de Yemen contra los rebeldes hutíes.
Según testigos informaron AP, los guardias yemeníes que trabajan bajo la dirección de oficiales emiratíes usan contra los reclusos varios métodos para llevar a cabo estas tortura sexuales y humillaciones.
Para las violaciones los guardias usan a menudo barras de madera y acero mientras sus colegas lo filman. Además, los reclusos sufren diferentes tipos de torturas: los guardias les propinan descargas eléctricas en los genitales, les cuelgan piedras de sus testículos, les golpean brutalmente o les amenazan con perros.
"Te desnudan completamente, luego te atan las manos a un poste de acero desde la derecha y la izquierda para que estés abierto frente a ellos. Entonces empieza la sodomía", contó a AP un reo padre de cuatro hijos. Un exjefe de seguridad que participó en torturas de detenidos para lograr confesiones reveló a AP que la violación se utiliza como una forma de obligar a los detenidos a espiar para los emiratíes.
Los testimonios de la agencia llegaron directamente desde el interior de la prisión de Adén: los detenidos pasaron de contrabando cartas y dibujos sobre los abusos sexuales, los cuales fueron realizados en placas de plástico con bolígrafos. El artista autor de las instantáneas que les mostramos bajo estas líneas reveló a AP que fue detenido el año pasado y que ha pasado por tres cárceles diferentes.
"Me torturaron sin siquiera acusarme de nada. A veces desearía que pesara sobre mí algún cargo para poder confesar y poner fin a este dolor", dijo. "Lo peor es que deseo la muerte todos los días y no puedo encontrarla", confesó el recluso.
Uno de los casos más atroces de abuso sexual ocurrió el 10 de marzo en la prisión de Beir Ahmed (Anden), cuando cientos de detenidos fueron obligados a quitarse la ropa, tras lo cual varios oficiales que se expresaron con acento emiratí les tocaron los genitales y hurgaron en sus cavidades anales bajo el pretexto de buscar celulares de contrabando.