Moscú considera "cínicas y sesgadas" las conclusiones del informe que ha elaborado la Secretaría Técnica de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) sobre los resultados de la inspección de las instalaciones de investigación sirias de Barze y Jamraya.
Así, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha señalado en un comunicado oficial que estima "obvio" que la OPAQ redactó ese documento "bajo la fuerte presión de Estados Unidos".
"Hemos señalado de manera reiterada que los requisitos establecidos en [el informe de la OPAQ] para Siria van más allá del marco de la Convención sobre Armas Químicas" y que el hecho de que los inspectores de ese organismo intentaran "obtener acceso incondicional y sin restricciones" a todas las instalaciones militares y civiles —incluidas las dependencias secretas— "no encaja en ningún marco jurídico internacional", reza el texto que ha difundido la Cancillería de Rusia.
Las dos sucursales del Centro de Investigación Científica en Barza y Jamraya fueron "borradas de la faz de la tierra" el pasado 14 de abril como resultado de un ataque conjunto de EE.UU., Francia y Reino Unido debido a que esos objetivos civiles tenían "un valor clave para Siria desde el punto de vista económico", han subrayado desde el Ministerio de Exteriores de Rusia.
La Cancillería rusa ha agregado que los expertos de la OPAQ habían confirmado dos veces la ausencia de actividades prohibidas en el centro y ahora Occidente evita responder por qué atacó con misiles esa instalación.