En un capítulo más de la creciente adquisición de equipamiento militar por parte del gobierno de Mauricio Macri a Estados Unidos y sus aliados, el Reino Unido decidió poner fin al bloqueo de venta de armas a la Argentina, que había sido impuesto al país durante la presidencia de Cristina Kirchner, en 2012. ¿Para qué se está armando Argentina?
"Este cambio levantará restricciones adicionales que fueron impuestas en 2012, en un momento en que el gobierno argentino (de Cristina Kirchner) estaba escalando acciones que pretendían dañar los intereses económicos de los isleños de las Falklands", expresó Alan Duncan, parlamentario británico y ministro de Estado para Europa y las Américas, en un comunicado enviado al parlamento de su país.
A pesar de que el canciller argentino, Jorge Faurie, calificó el levantamiento de ese bloqueo como un "gesto positivo", su alcance es parcial y de ninguna manera busca fortalecer al país sureño.
"Gran Bretaña no va a vender nada que pueda de alguna forma modernizar demasiado las fuerzas armadas argentinas, no quiere que sea un ejército muy poderoso ni potente", aseguró Adriana Rossi, directora del Observatorio Geopolítico de los Conflictos.
Según la especialista, lo que el Reino Unido puede vender a la Argentina es material para entrenamiento y para reparaciones, "pero no para dotar al ejército de armas que en algun momento podrian, por cambio de políticas, ser utilizadas en contra de los ingleses".
No obstante, el levantamiento del bloqueo británico a la compra de armamento habilita al país sudamericano para adquirir equipamiento bélico en países cuyas armas tengan piezas fabricadas por el Reino Unido. Un ejemplo de esto son los aviones militares de entrenamiento Texan T6, adquiridos por el gobierno argentino a EE.UU.
La compra de armas, secreta
Este gesto de parte del Reino Unido no puede ser interpretado de manera aislada, ya que desde que Mauricio Macri asumió la investidura presidencial, la compra de armas a Estados Unidos y a otros miembros de la OTAN y aliados como Israel, se ha transformado en moneda corriente.
Según informó El Destape, en marzo del año pasado se filtró un listado de armamento solicitado por la embajada argentina en EE.UU. para misiones de paz y para "atender amenazas globales como la lucha contra el terrorismo, el financiamiento del terrorismo, el narcotráfico y el crimen organizado".
El listado contemplaba la compra de más de 60 helicópteros y 182 tanquetas tipo Stryker, utilizadas por el ejército norteamericano y el israelí, 12 aviones de caza F-16 Fighting Falcon y 24 aviones de caza Texan T6, empleados para el entrenamiento de pilotos.
Dado que ni el Congreso Nacional ni la opinión pública estaban al tanto de esto, ya que fue manejado con total secretismo, el embajador argentino en EE.UU., Martín Lousteau, renunció a su puesto en medio de un escándalo. Si bien parte del equipamiento fue adquirido, como es el caso de los aviones Texan de entrenamiento, no hay información oficial que confirme si el total del armamento finalmente fue comprado.
"El secretismo se debía, según el gobierno, a una cuestión de seguridad, de no alertar a los posibles actores que puedan amenazar la seguridad de la Argentina sobre lo que se está comprando. Esa es la justificación", expresó Rossi.
Así mismo, la especialista recordó cómo "la compra de todo ese armamento puso en estado de alerta" a los distintos países de la región, quienes exigieron una respuesta de parte del gobierno argentino.
No obstante, la actitud de secreto del gobierno de Macri respecto a la adquisición de equipamiento militar no se detuvo ahí. En febrero de este año, el presidente firmó un decreto que busca "garantizar de modo permanente la soberanía e independencia de la Nación Argentina, su integridad territorial y capacidad de autodeterminación", autorizó la compra de nuevo equipamiento bélico y declaró secreta la operación por razones de seguridad y defensa nacional.
Las hipótesis
La compra de material bélico no solo siguió a lo largo del primer semestre de este año, sino que el presupuesto para gasto militar en 2018 subió un 14 %, "un aumento bastante alto, que supera ampliamente el porcentaje promedio de la región", según considera Rossi.
En mayo pasado, el Estado argentino adquirió cinco aviones franceses Super Etendard SEM modernizados, de la Aviación Naval Francesa. Una semana después llegaron a la Argentina dos de las cuatro lanchas artilladas israelíes, modelo Shardag, compradas por el gobierno.
Si bien la directora del Observatorio Geopolítico de los Conflictos considera que los aviones franceses podrían ser parte del protocolo de seguridad que se le exige a Argentina para la cumbre del G20, a celebrarse en noviembre, la compra de las naves israelíes, supuestamente orientadas a combatir el narcotráfico, le parece exagerada en relación a su supuesta finalidad.
Por otro lado, la especialista no descarta la posibilidad de un escenario en el que las fuerzas armadas argentinas participen de misiones militares en algún país del continente. De hecho, esta semana, cascos blancos argentinos fueron movilizados a la frontera de Colombia con Venezuela (Cúcuta), a pedido del gobierno de Juan Manuel Santos, para atender a los venezolanos que cruzan la frontera.
"Esto es lo que se está vislumbrando, con referencia sobre todo a Venezuela. Si es que se acepta en algún momento la aplicación de la Carta Democrática de la Organización de los Estados Americanos (OEA), se llegaría a la formación de una fuerza multilateral que podría intervenir militarmente en Venezuela", evaluó Rossi.
Finalmente, la especialista considera que la creciente adquisición de equipamiento militar puede tener como propósito manejar un posible escenario conflictivo dentro del país, ya sea por la cumbre del G20 y las medidas de seguridad exigidas, o para contener un desborde social producto del descontento de la población.
Ignacio Fernández Albano