La compañía rusa NPP Tejnologuii Romashin ha desarrollado un recubrimiento de cristal para las cabinas de los aviones militares que reduce drásticamente su detectabilidad por los radares enemigos.
El cristal de la cabina de piloto es uno de los principales elementos de desenmascaramiento de cualquier aeronave, ya que el vidrio absorbe mal las ondas de radio.
El nuevo recubrimiento, desarrollado por los ingenieros en Óbninsk, una ciudad a cien kilómetros al suroeste de Moscú, está pensado para su uso en aviones de combate, sobre todo en los Su-57, el caza furtivo de quinta generación ruso, cuyo primer lote de doce aeronaves será entregado próximamente a la Fuerza Aérea del país.
Su colocación encima del cristal de la cabina ayuda a reducir la detectabilidad de la aeronave en los radares en un 50 %, según Rostej, el consorcio estatal ruso que agrupa a diversos fabricantes del sector militar.
El material, de tamaño nanométrico, representa un recubrimiento multicapa de películas finas, consistente de metales y óxidos metálicos, que se aplica al vacío a la superficie exterior de acristalamiento de la cabina mediante un método de pulverización catódica con magnetrón.
Además del alto coeficiente de absorción de las ondas de radar, este recubrimiento proporciona una alta transmisión de luz, lo que mejora significativamente la visibilidad en la oscuridad.
En su proceso trabajo, los científicos de la empresa fueron capaces de resolver el problema de la débil adhesión del recubrimiento al vidrio, que previamente había afectado a la resistencia del material al desgaste debido a la influencia del flujo aerodinámico.
Precisamente, la débil adhesión del costoso recubrimiento sigiloso es el talón de Aquiles de los cazas estadounidenses furtivos de quinta generación F-22, que han experimentado pérdidas del revestimiento que les hace sigilosos en sus operaciones en Siria.