Conmoción en California: Niño de 10 años fue torturado por su familia hasta la muerte

"En un momento Anthony no podía caminar, estaba inconsciente acostado en el suelo de su habitación durante horas, no recibió atención médica y no podía comer solo", dijo el vicefiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Jonathan Hatami.

El pasado 20 de junio, agentes policiales recibieron una llamada de emergencia proveniente de Lancaster, al norte de Los Ángeles, en California (EE.UU.). Acudieron a la residencia desde donde se originó la alerta y encontraron a un niño, identificado como Anthony Ávalos, inconsciente y en estado grave.

El menor fue trasladado a un hospital local, pero murió al día siguiente, informó Los Angeles Times.

La llamada la había hecho la madre del menor, Heather Maxine Barron, quien informó a la policía que Anthony había sufrido una caída. Sin embargo, los oficiales iniciaron una investigación ante circunstancias que consideraron sospechosas.

La investigación arrojó que Anthony recibió abusos repetidos durante cinco o seis días antes de morir. Las torturas incluían golpes al niño contra el suelo y con el cinturón, dejar caer salsa caliente en su boca o prohibirle usar el sanitario, entre otros.

Hermanos obligados a torturar

El pequeño tiene otros ocho hermanos, de entre 11 meses y 12 años de edad. Algunos de ellos testificaron que fueron obligados a participar de las torturas. Según documentos de la investigación del Departamento de Alguaciles del Condado de Los Ángeles, Heather Maxine Barron y su novio Kareem Ernesto Leiva forzaban a los otros niños a pelear con Anthony y controlar que "se quedara de pie o de rodillas".

"En un momento Anthony no podía caminar, estaba inconsciente acostado en el suelo de su habitación durante horas, no recibió atención médica y no podía comer solo", dijo el vicefiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Jonathan Hatami, citado por The Mercury News.

Barron y Leiva han sido acusados de tortura y asesinato; y se les impuso una fianza de 2 millones de dólares a cada uno.

Tras el suceso, sus otros ocho hermanos fueron enviados con trabajadores sociales.

Entre 2013 y 2016 las autoridades de bienestar infantil habían recibido denuncias de sospechas de abusos contra el menor. Lo separaron unos meses de su madre, pero regresó luego que sus familiares recibieran asesoría.