Los humanos somos los culpables de los brotes de virus mortales y otras infecciones peligrosas, según sugieren en el portal The Conversation dos profesoras de medicina de la Universidad Flinders, en Australia.
Hoy en día tenemos regularmente noticia de las infecciones virales peligrosas que surgen en todo el mundo. Se podría pensar que este aumento no es tal, sino que se trata simplemente de una impresión causada por la difusión de información en las redes sociales e Internet. Sin embargo, el incremento es real, ya que el número de virus y las infecciones que provocan realmente va en aumento, sostienen Justine R. Smith, catedrática de oftalmología, y Jill Carr, profesora asociada de la universidad australiana.
Los avances científicos, la forma en que los seres humanos vivimos actualmente y la biología de los virus contribuyen al aumento de las infecciones, afirman las científicas, que ofrecen el ejemplo de algunos virus que afectan en estos momentos a la humanidad en partes muy distantes del mundo.
Constantemente surgen nuevos virus
Desde enero de 2018, Nigeria experimenta un brote de inusual envergadura de fiebre hemorrágica causada por el virus Lassa, que hasta la fecha ha causado más de 400 infecciones confirmadas y 100 muertes.
El estado de Kerala, en el sur de la India, está luchando contra un brote del raro virus Nipah, que provoca una inflamación grave del cerebro y ya se cobró la vida de 14 personas en mayo.
En Brasil, un brote de fiebre amarilla viral que comenzó a finales de 2017 ya ha llegado a áreas muy pobladas cerca de São Paulo y Río de Janeiro. Hasta ahora, una tercera parte de las 723 personas infectadas ha muerto a causa de la enfermedad.
Cómo contribuyen los humanos
Los humanos estamos contribuyendo al éxito de los virus peligrosos. Un virus se replica solo cuando está dentro de la célula de un ser vivo y se propaga más eficientemente cuando hay contacto entre dos individuos.
Actualmente, en un contexto en que la población mundial se está urbanizando, los humanos viven más de cerca, fomentando de esta manera aún más la propagación de un virus.
Por otro lado, el transporte masivo nacional e internacional permite que los virus se propaguen entre las poblaciones regionales.
Muchas infecciones de virus peligrosos son enfermedades transmitidas a los humanos por animales. Los murciélagos son un culpable común, y existe una teoría que afirma que su sistema inmune es tan fuerte que les permite portar una cantidad relativamente alta de virus sin desarrollar una enfermedad.
Según las autoras del artículo, precisamente los murciélagos serían los responsables de las epidemias causadas por el síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), que empezó a transmitirse mediante el contacto de uno de estos mamíferos voladores con un humano.
También el ganado doméstico puede ser portador de virus que infectan a los humanos, un factor estimulado por el crecimiento de la población humana, que dicta la necesidad de una producción ganadera cada vez mayor y más compacta.
El virus de la gripe infecta a los cerdos, el ganado y las aves de corral, así como a los humanos. La cepa H7N9 que infectó a más de 1.500 personas en China y ha causado la muerte de un tercio de los infectados desde 2013, primero se trasladó a los humanos a través de aves de corral enfermas.
Sin embargo, el transportador viral más importante de infecciones en términos estadísticos es el mosquito. La picadura de ciertos mosquitos aedes, por ejemplo, es la ruta principal de infección de virus del dengue, el zika y el chikungunya.
Así, una investigación llevada a cabo en el Amazonas ha vinculado la expansión de mosquitos en áreas endémicas con la deforestación y la baja reforestación. La resistencia a los relativamente pocos insecticidas disponibles también puede contribuir al crecimiento de la población de estos insectos.
Por qué los virus son esquivos
La mayoría de los virus humanos se replican casi instantáneamente y en grandes cantidades. Como resultado, el índice de mutaciones en el código genético de un virus es muy alto.
Esto permite que el virus se adapte rápidamente a un entorno adverso, como el sistema inmune humano o los fármacos.
Y aunque el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) puede causar una grave enfermedad, generalmente hay un largo retraso entre la infección y el inicio de cualquier enfermedad. En consecuencia, las personas infectadas pueden transmitir el VIH durante años antes de darse cuenta de que son portadoras del virus.
No hay medicamentos específicos para la mayoría de los virus humanos peligrosos. Esto se debe en parte a que los virus son un grupo diverso que crece rápidamente y que no permite explotar objetivos farmacológicos comunes, al contrario de lo que pasa con los antibióticos para luchar contra las bacterias.
Pero otro desafío está relacionado con el ciclo de vida viral, que utiliza el sistema celular de la persona infectada. Los medicamentos que atacan el crecimiento de los virus tienen, por lo tanto, efectos en la célula de la persona, lo que puede provocar efectos secundarios del medicamento.
No obstante, y a pesar de los muchos desafíos asociados con los virus peligrosos, la investigación continúa y consigue soluciones cada vez más innovadoras. El Programa Mundial contra los Mosquitos, que se lleva a cabo bajo el liderazgo de la Universidad Monash, en Australia, es un ejemplo de ello.
Este programa se basa en el descubrimiento de que una bacteria segura y natural llamada Wolbachia detiene el crecimiento viral en el mosquito. En el marco de este programa, los insectos en regiones endémicas con enfermedades transmitidas por mosquitos se infectan deliberadamente con Wolbachia para romper el ciclo de transmisión.