Un inesperado descubrimiento sorprendió a un grupo de arqueólogos que realizaban excavaciones de rutina antes de autorizar la construcción de un edificio en el distrito Sidi Gaber de Alejandría, Egipto.
Se trata de un antiguo sarcófago de granito negro que no ha sido abierto desde hace al menos 2.000 años, lo que resulta extraño en Egipto por la abundante cantidad de saqueadores de tumbas que persiguen ese tipo de entierros milenarios para profanarlos, destaca Smithsonian Magazine.
Según el Ministerio de Antigüedades de Egipto, la pieza es considerada como la más grande descubierta en Alejandría, con una altura de 1,85 metros, una longitud de 2,65 metros y una anchura de 165 centímetros. El sarcófago fue hallado a casi cinco metros de profundidad junto a una torso de alabastro, que probablemente fuese un homenaje al cuerpo que está dentro del ataúd.
Los expertos creen que la tumba data de la época de los Ptólomeos, nombre de los faraones de la dinastía que gobernó entre los años 305 y 30 a.C. El hallazgo ha vuelto a poner el ojo de los especialistas en Alejandría, que había sido olvidada por los investigadores arqueológicos debido al congestionamiento urbano de su zona metropolitana, erigida sobre ruinas de palacios de mármol, monumentos y obras antiguas, precisó Andrew Lawler, del Smithsonian.
Sin embargo, gracias al trabajo de arqueología urbana realizado en las últimas décadas, se han podido hacer descubrimientos tan importantes como los restos de la Universidad de Alejandría, donde estudió el matemático griego Arquímedes, así como las ruinas de Pharos, considerada una de las Siete Maravillas del Mundo Antiguo.