El sarcófago de granito más grande jamás hallado en Alejandría será abierto en los próximos días después de haber permanecido sellado durante más de 2.000 años. Este macizo sepulcro de 185 centímetros de alto, 265 de largo y 165 de ancho tiene esperanzados a los expertos, que creen pudo haber pertenecido al legendario conquistador Alejandro Magno.
La pieza se descubrió a principios de julio en una tumba oculta durante mucho tiempo a unos cinco metros de profundidad en el barrio de Sidi Gaber de la ciudad egipcia. A su lado fue hallada también una cabeza de alabastro, que se cree que podría reproducir la de la persona enterrada en el lugar.
En una entrevista a The Telegraph, el reconocido arqueólogo egipcio Zahi Hawass asegura que el hecho de que la pieza sea de granito denota la importancia del individuo para el que fue construida, principalmente porque Asuán, la ciudad de donde posiblemente fue extraído el mineral, se encuentra a más de 1.000 kilómetros de Alejandría.
No obstante, sin abrir el sarcófago hay pocas pistas sobre la identidad del hombre que fue sepultado en su interior, puesto que el busto es irreconocible debido a la erosión a lo largo de los siglos y el ataúd no contiene escrituras que indiquen a quién pertenece. Los arqueólogos consideran que perteneció a un noble o a un ciudadano rico en el Egipto ptolemaico, también conocido como periodo helenístico, entre el 323 y el 30 a.C.
"Todos están buscando la tumba de Alejandro"
Durante cientos de años arqueólogos y exploradores han intentado sin éxito encontrar la tumba del rey de Macedonia. Se estima que han sido al menos 140 los intentos fallidos de dar con su paradero, pero este nuevo y único descubrimiento sugiere la posibilidad de encontrar piezas importantes, incluyendo sus restos.
"Todos están buscando la tumba de Alejandro. Estamos seguros de que fue enterrado en Alejandría. El descubrimiento de este sarcófago demuestra que un día, cuando estén demoliendo una villa o una casa, pueden encontrar su tumba", destaca Hawass.
"Tenemos que prepararnos"
Pero abrirlo por primera vez requerirá mucho trabajo por adelantado. "Es arriesgado abrirlo directamente, tenemos que prepararnos", afirma Ayman Ashmawy, alto funcionario del Ministerio de Antigüedades de Egipto, que ha explicado que el sarcófago se abriría en el sitio arqueológico.
"Es difícil moverlo intacto y abrirlo en un museo. Está a cinco metros bajo tierra y todo pesa más de 30 toneladas. Solo la tapa pesa 15 toneladas", agrega Ashmawy.
En las próximas semanas, un equipo de ingenieros visitará el sitio para proporcionar equipo pesado y soportes estructurales que permitan quitar la tapa del sarcófago. Una vez hecho esto, los especialistas en momificación y restauración estarán a su disposición para garantizar que se conserven los contenidos, expuestos por primera vez en milenios.