La Fuerza Aérea de Estados Unidos permitió que su flota de bombarderos estratégicos B-1 Lancer volara a pesar de que varios de esos aviones aún presentaban defectos potencialmente letales en los asientos eyectables, informa Foreign Policy
El mes pasado, los bombarderos B-1B Lancer fueron obligados a permanecer en tierra por la Fuerza Aérea de EE.UU., después de que se iniciara una investigación de seguridad sobre un incidente en mayo, en el que un asiento de eyección de un bombardero —de la base aérea Dyess en Texas— no se activó durante un incendio en pleno vuelo.
La orden de suspensión de los vuelos se levantó el 19 de junio. Los pilotos recibieron el permiso de volar, a pesar de que algunos de los B-1B Lancer aún tenían problemas con un componente en el sistema de eyección, ha desvelado Foreign Policy, citando la confirmación de la Fuerza Aérea.
Los militares han sostenido que están trabajando en arreglar el Asiento de Eyección de Concepción Avanzada (ACES, por sus siglas en inglés) II y que no saben cuánto tiempo les tomará el chequeo de toda la flota.
Esta confirmación de los militares se produce mientras la Fuerza Aérea está lidiando con una crisis de fiabilidad, tras sufrir 12 incidentes fatales desde octubre del 2017, en los que murieron 35 pilotos y tripulantes, según Military Times.