Las respuestas que prepara Trump para López Obrador: ¿Será posible un arreglo de mutuo beneficio?

El canal de diálogo que Trump ha abierto con el equipo de López Obrador es un "guante de seda" que busca ocultar su "puño de hierro", considera un analista.

El presidente Donald Trump está de vuelta en EE.UU., luego de un viaje por varios países y de que, el día 13 del mes en curso, una delegación de alto nivel se reuniera con el virtual presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), en su casa de transición ubicada en Ciudad de México. En aquella oportunidad, el político tabasqueño entregó al secretario de Estado norteamericano, Mike Pompeo, un texto de "entendimiento" para redefinir las relaciones entre México y su vecino del Norte.

James Petras, profesor emérito de sociología en la Universidad de Binghamton de Nueva York, considera poco probable que AMLO logre construir una relación de mutuo beneficio con EE.UU. Está convencido de que el canal de diálogo que Trump ha abierto con el equipo de López Obrador es un "guante de seda" que busca ocultar su "puño de hierro". "Trump ha demostrado ser muy agresivo, y hará todo lo necesario para imponer sus condiciones", sentencia Petras.

El también autor de 'Imperialismo y barbarie' (Ed. Txalaparta, 2011) comenta que no habrá un arreglo entre la próxima Administración de México y EE.UU. a menos que AMLO decida dar su brazo a torcer ante las exigencias de Trump: "un buen entendimiento con Washington sería posible sólo a cambio de que AMLO se comprometa a dejar intacta la reforma de privatización energética y sacrifique buena parte de su programa de Gobierno".

Hasta ahora se desconoce el contenido del documento que López Obrador entregó a la Administración de Trump. Se hizo el compromiso de que, tan pronto Trump lo tuviera en sus manos, el texto estaría a disposición de la opinión pública. Una vez que Trump está de regreso en la Casa Blanca, se espera que López Obrador publique en los próximos días los detalles de las propuestas que fueron enviadas.

Sin embargo, Marcelo Ebrard, propuesto por AMLO para ocupar la Cancillería, adelantó el pasado viernes 13 de julio que contemplan cuatro grandes campos:

¿Qué pronunciamientos ha hecho AMLO hasta el momento sobre estos temas? ¿Cuáles serían los ejes de sus propuestas? ¿Será posible un arreglo de mutuo beneficio con EE.UU.?

1. Renegociación del TLCAN: si no hay acuerdo, se firmará un tratado bilateral

Uno de los asuntos más importantes a enfrentar por el Gobierno de López Obrador será la actualización del TLCAN. Las rondas de negociaciones con los Gobiernos de Canadá y EE.UU. no han producido resultados significativos: las conversaciones comenzaron en agosto del año pasado y hasta la fecha apenas se han conseguido concluir seis de un total de 30 capítulos.

La renegociación del TLCAN se ha convertido en un factor de vulnerabilidad para la economía mexicana. La falta de consenso ha provocado que no haya certidumbre sobre las inversiones. Además, el peso mexicano se ha venido depreciando ante el dólar en los últimos meses y, aunque a últimas fechas la moneda nacional ha registrado una ligera recuperación, su repunte obedece más a la debilidad del billete verde que a un incremento en la confianza depositada en la economía nacional.

James Petras, profesor emérito de sociología en la Universidad de Binghamton de Nueva York.
"Trump quiere reducir las importaciones estadounidenses provenientes de México, y que las empresas vuelvan a instalarse en la Unión Americana (…) Sinceramente no creo que vaya a otorgar concesiones a López Obrador, o estás con él o en contra".

A diferencia de 1994, cuando el Partido de la Revolución Democrática (PRD) era un opositor a la firma de acuerdos de libre comercio, hoy AMLO ve con buenos ojos que México se mantenga en el TLCAN. En su programa de Gobierno, sin embargo, se reconoce que el acuerdo comercial establecido con Canadá y EE.UU. solamente benefició a unos cuantos de los sectores productivos de la economía.

El impulso a las pequeñas y medianas empresas (PyMES) se dejó a un lado y, por lo tanto, su participación en las cadenas de valor de América del Norte es baja comparada con la de los sectores más dinámicos, se sostiene en el Proyecto de Nación 2018-2024: "si bien existen sectores como el automotriz y el de electrónica, beneficiados ampliamente por el TLCAN y cuya productividad, logros y nichos de mercado hay que defender, también es cierto que las pequeñas y medianas empresas mexicanas no están suficientemente integradas a las cadenas de valor".

James Petras comenta que la economía mundial se encuentra sumergida en el caos debido a las políticas lanzadas por el magnate de Nueva York, quien ha venido imponiendo aranceles, lo mismo a China y la Unión Europea que a sus socios de América del Norte. "Trump quiere reducir las importaciones estadounidenses provenientes de México, y que las empresas vuelvan a instalarse en la Unión Americana (…) Sinceramente no creo que vaya a otorgar concesiones a López Obrador, o estás con él o en contra", advierte.

Para modernizar el TLCAN, AMLO anunció durante la campaña electoral el nombramiento de Jesús Seade Kuri, experto en temas de comercio internacional. Después de la reunión que sostuvo con el presidente Enrique Peña Nieto en Palacio Nacional, López Obrador acordó que Seade Kuri trabajaría mano a mano sobre el asunto con el equipo de negociación designado por el actual Gobierno.

A diferencia de la presente Administración, no obstante, que ha mantenido en el hermetismo las estrategias a tomar si Trump abandona la mesa de negociaciones, integrantes del equipo económico de López Obrador se han declarado abiertos a asumir dos posibilidades: bien sea dar por terminado el TLCAN en caso de que no convenga a los intereses de México o, en su defecto, pactar un tratado bilateral de libre comercio con Washington.

Graciela Márquez Colín, propuesta por López Obrador para ocupar la Secretaría de Economía, declaró a The Financial Times que confiaba en la posibilidad de alcanzar un acuerdo definitivo con EE.UU. a finales de septiembre o principios de octubre aunque, aclaró, sería más bien un "TLCAN ligero ('light')", es decir, un acuerdo de libre comercio que deje a un lado varios de los aspectos que han generado mayor controversia en la actual negociación pero conservando elementos del tratado original. "Veo la posibilidad de que se firme un acuerdo (…) no creo que se llegue a un TLC 2.0, me gusta pensar como que es un TLC 1.5", comentó.

2. Cooperación para el desarrollo: "Cortinas en lugar de muros"

Bajo la perspectiva del próximo Gobierno de México, los esquemas de cooperación con EE.UU. deben ir más allá de los rubros de la seguridad y la defensa. López Obrador propone que la nueva relación con el vecino del Norte se base, una vez que tome posesión como presidente, en la cooperación para el desarrollo. La fracción X del artículo 89 de la Constitución mexicana apunta, en efecto, que la cooperación para el desarrollo constituye uno de los principios que rigen la política exterior.

Ni puentes ni muros, AMLO se ha propuesto instalar "cortinas" a lo largo de la frontera con EE.UU. ¿A qué se refiere? El concepto de "cortinas" es utilizado por López Obrador para hacer referencia a la implementación de esquemas de desarrollo económico en colaboración con el Gobierno de Donald Trump. El objetivo es, dice, reducir el flujo migratorio de mexicanos hacia territorio estadounidense.

Desde los tiempos de su campaña electoral, AMLO expresó que una de sus metas sería incentivar esquemas de desarrollo económico en todo el territorio nacional, particularmente, en zonas con altos índices de marginación. El tres veces candidato presidencial apuntó que, bajo su Gobierno, la gente dejaría de emigrar hacia la Unión Americana por necesidad: el mexicano que quisiera irse a vivir a EE.UU. lo haría por gusto, sentenció, ya no obligado por la precariedad económica ni por la violencia.

Tomando como ejemplo experiencias internacionales como las zonas económicas de China en Shenzen y Suzhuo, la zona de parques industriales de Singapur, o las zonas de Shannon en Irlanda, o Panamá, AMLO propone el establecimiento de una "zona franca" en la frontera Norte de México. La meta de la iniciativa, de acuerdo con su Proyecto de Nación 2018-2024, es atraer inversiones de todas partes del mundo para detonar el desarrollo económico: "la zona norte fronteriza tiene una sinergia natural con un gran mercado estadounidense de alto ingreso; impulsar su recuperación significa ofrecer empleo a trabajadores migrantes en actividades tradicionales y tecnológicas de vanguardia".

Además, en conferencia de prensa luego del encuentro con la delegación de alto nivel de EE.UU., Marcelo Ebrard refirió, en este mismo sentido, que una de las prioridades del político tabasqueño es la puesta en marcha de proyectos orientados a apuntalar el desarrollo regional, entre ellos, un corredor interoceánico en el Istmo de Tehuantepec, un tren turístico para conectar la Riviera Maya y la plantación de miles de árboles en la zona sur de México.

3. La nueva Alianza para el Progreso, sin realismo político

AMLO propone que la cooperación para el desarrollo se extienda más allá de la relación entre México y el Gobierno del presidente Donald Trump, pues a la Unión Americana emigran no solamente personas desde territorio mexicano, sino también aquellas que viven en los países de América Central.

Años tras año, cientos de personas originarias de las naciones del Triángulo Norte (Guatemala, Honduras y el Salvador) huyen de la precariedad económica y la violencia en busca de oportunidades. México es un país de tránsito para los centroamericanos en su larga marcha hacia EE.UU. Para disminuir el flujo de migrantes, AMLO se ha planteado establecer una nueva Alianza para el Progreso, un proyecto que fue lanzado originalmente en 1961 por el presidente estadounidense John F. Kennedy.

A diferencia del proyecto anterior, AMLO sugiere que los Gobiernos de EE.UU., Canadá, México, así como los países de América Central, participen en un esquema de cooperación multilateral que, a través de inversiones conjuntas, se enfoque en promover el desarrollo económico de las regiones con mayor rezago. En este sentido, la nueva Alianza para el Progreso tendría por objetivo combatir la pobreza en el sur de México y los países de América Central para, de esta manera, desincentivar la migración.

James Petras, profesor emérito de sociología en la Universidad de Binghamton de Nueva York.
"No existe ninguna evidencia para afirmar que Trump esté interesado en financiar una nueva Alianza para el Progreso para beneficiar a México y Centroamérica".

Una nueva Alianza para el Progreso no sería el primer programa en el que EE.UU. tendría por objetivo promover el desarrollo económico de América Central. Actualmente está vigente la Estrategia de Relacionamiento de Estados Unidos para Centroamérica que, a su vez, complementa a la Alianza para la Prosperidad (A4P). Además de las naciones del Triángulo Norte, la Estrategia incluye a Belice, Costa Rica, Nicaragua y Panamá. Hasta hoy, sin embargo, AMLO no ha esclarecido cuáles son las diferencias de fondo entre su propuesta y los esquemas en los que ya participa EE.UU.

James Petras, especializado en las relaciones entre EE.UU. y América Latina, sostiene que es ingenuo pensar que EE.UU. estará dispuesto a comprometerse en un programa de inversiones que ponga por delante el desarrollo económico de México y los países de América Central. "Para disminuir la migración, se requieren inversiones de varios millones de dólares en infraestructura para fomentar la creación de empleos (…) y no existe ninguna evidencia para afirmar que Trump esté interesado en financiar una nueva Alianza para el Progreso para beneficiar a México y Centroamérica", sentencia.

Nydia Egremy, internacionalista y periodista mexicana.
"EE.UU. es una potencia capitalista que ha logrado mantener su estatus porque, históricamente, se ha dedicado a expoliar los recursos naturales de América Latina y sobreexplotar su mano de obra, y esa naturaleza no va a cambiar".

Aunque las intenciones de AMLO son buenas, el equipo que lo asesora en materia de política exterior carece de realismo político. En opinión de Nydia Egremy, internacionalista y periodista mexicana, en la próxima negociación con EE.UU. sobre una nueva Alianza para el Progreso, AMLO deberá tomar conciencia del tipo de interlocutor que tiene enfrente.

"EE.UU. es una potencia capitalista que ha logrado mantener su estatus porque, históricamente, se ha dedicado a expoliar los recursos naturales de América Latina y sobreexplotar su mano de obra, y esa naturaleza no va a cambiar", advierte. "El enfoque neoliberal ha demostrado ser un rotundo fracaso a través de iniciativas como el Plan Puebla-Panamá o el Proyecto Mesoamérica (…) la Alianza para la Seguridad y la Prosperidad de América del Norte (ASPAN) sólo representó beneficios para el empresariado, pero nunca trajo desarrollo económico", apunta.

4. Seguridad: "Un diálogo que promete ser muy fructífero"

El último de los temas de las bases de "entendimiento" presentadas a la Administración estadounidense por López Obrador es la seguridad. Es un campo que, de acuerdo con sus declaraciones, sería de los menos relevantes en la relación bilateral con EE.UU., pues su principal objetivo es que los esquemas de cooperación con Washington superen el enfoque policiaco-militar.

En varios aspectos, la estrategia de seguridad de López Obrador aún no ha sido explicada con detalles. Para que haya un ambiente de paz y seguridad en México, AMLO sostiene que hay que combatir las causas, entre ellas, la corrupción y la pobreza. "No se puede apagar el fuego con el fuego, no se puede combatir la violencia con más violencia", así opina sobre la que, a su juicio, es una estrategia fallida de combate a la inseguridad.

Como secretario de Seguridad, López Obrador ha designado a Alfonso Durazo, especializado en Administración Pública, sin embargo, varios nombramientos clave siguen siendo una interrogante. "AMLO ha sido cauteloso en dar a conocer los detalles de su estrategia de seguridad; hasta el momento no conocemos quiénes serán los titulares de la Secretaría de la Defensa Nacional y la Secretaría de Marina, que son los custodios de la soberanía y la defensa de la Nación", comenta Nydia Egremy, quien ha realizado numerosas investigaciones sobre seguridad nacional, inteligencia y conflictos armados.

Tras el encuentro con la titular del Departamento de Seguridad Interior ('Department of Homeland Security'), Kirstjen Nielsen, Marcelo Ebrard se limitó a comentar que el diálogo con EE.UU. en el tema de la seguridad prometía ser "muy fructífero", dado el nuevo enfoque de la estrategia de seguridad bajo un Gobierno encabezado por AMLO, sin embargo, no ofreció más detalles al respecto. Tampoco se abordaron el tráfico ilegal de armas y el lavado de dinero. "No se habló", informó Ebrard.

Nydia Egremy, internacionalista y periodista mexicana.
"La construcción de un muro fronterizo y la renegociación del TLCAN son armas de presión que EE.UU. usará contra AMLO para que ceda posiciones".

En su proyecto alternativo, AMLO asume como uno de sus ejes de política exterior la defensa de la soberanía nacional. En el documento, de hecho, se establece que se hará una revisión de la participación de las Fuerzas Armadas de EE.UU. en territorio mexicano: "el Gobierno revisará el marco de cooperación vigente en materia de seguridad con EE.UU. para establecer certidumbre, reglas claras y transparencia (…) el nuevo Gobierno democrático propondrá el establecimiento y/o revisión de las normas de operación de las agencias de seguridad norteamericanas en México. Se exigirá que, en su actuación en territorio nacional, en ningún caso se vulnere la soberanía nacional".

Empero, no se hace una sola crítica a los esquemas de seguridad vigentes entre México y EE.UU. como la Iniciativa Mérida. Nada aparece sobre las compras millonarias de armamento a EE.UU. o los programas de adiestramiento militar. Egremy pone de relieve que, por su localización geográfica, México es un país bajo la esfera de influencia de Washington. "De facto, México forma parte del Comando Norte de EE.UU. ('US Northern Command') a pesar de la oposición de la Secretaría de la Defensa Nacional", recuerda.

A juicio de Egremy, será muy complicado que López Obrador logre establecer una estrategia de seguridad independiente de los intereses de EE.UU., pues México será objeto de fuertes presiones de parte de la Administración de Trump. "La construcción de un muro fronterizo y la renegociación del TLCAN son armas de presión que EE.UU. usará contra AMLO para que ceda posiciones", concluye.

Ariel Noyola Rodríguez

@noyola_ariel