El Gobierno de Camerún es acusado de incendiar civiles desarmados y aldeas
Un reciente informe de la organización Human Rights Watch (HRW) denuncia públicamente graves "abusos cometidos por grupos gubernamentales y separatistas" en las regiones de habla inglesa en Camerún. Según el estudio, veinte pueblos fueron incendiados y al menos cuatro mujeres fueron quemadas vivas.
Los crímenes registrados por HRW datan de un conflicto interno que comenzó a fines de 2016, cuando las comunidades que hablan en inglés empezaron a exigir más reconocimiento a las autoridades, de habla francesa. Así las cosas, se conformaron diversos grupos que planteaban tener más autonomía o conseguir la secesión; el conflicto armado estaba iniciando.
Jonathan Pedneaul, referente de aquel organismo y autor del documento, explica que en el país africano hay una amplia mayoría francófona, pero en 2016 miembros de la minoría marcharon por las calles para exigir mayor presencia de docentes y abogados que hablen inglés. "Esas demostraciones tuvieron una respuesta muy dura desde el Gobierno", señala el especialista en un video institucional.
En efecto, el entendido repasa que había "personas detenidas en las calles, golpeadas", y que las autoridades "usaron municiones reales contra los manifestantes". Según Pedneaul, ello empeoró la situación y produjo la reacción de la minoría anglófona: "Se crearon facciones armadas peleando por la independencia", detalla.
Desde 2017, estos grupos rebeldes empezaron a atacar sedes gubernamentales, incluyendo escuelas. "Tenemos casos donde las fuerzas de seguridad se comportaron, siendo asesinadas de formas atroces", destaca. Este contexto, señala el experto, dificultaba que el Gobierno pudiese controlar el territorio.
A partir de allí, las autoridades desplegaron a sus uniformados para responder ante la crisis social, pero "usando tácticas extremadamente ilegales", subraya el realizador del análisis. Al respecto, el texto señala que en ese momento los oficiales mataron a 20 manifestantes durante protestas producidas en las ciudades de Buea, Kumba y Bamenda. Así las cosas, esta reacción oficial produjo que los independentistas se radicalizaran aún más.
Aldeas quemadas
El informe destaca que al menos 20 aldeas del sudoeste fueron incendiadas por las fuerzas del Estado, según sus propias imágenes satelitales: "Vimos cerca de 700 estructuras destruidas por incendios provocados y tenemos 150.000 desplazados de sus hogares", apunta Pedneaul.
Aquella entidad entrevistó a ciudadanos de las comunidades de Kwakwa, Kombone, Bole, Wone y Mongo Ndor, para conocer mejor el panorama actual. Las tareas de campo se produjeron en abril de este año y duraron tres semanas. Entre los crímenes registrados, el estudio resalta que las fuerzas del Gobierno aplicaron torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Por citar un ejemplo, HRW menciona el caso de Fredoline Afoni, un estudiante de 22 años de la Universidad Técnica de Bambili: "El 29 de enero de 2018 las fuerzas de seguridad lo golpearon hasta la muerte", dice la organización. Según esta investigación, un pariente cercano de la víctima afirmó: "Fredoline estaba trabajando en casa cuando recibió una llamada telefónica de un número desconocido. La persona le dijo que fuera y recogiera algo de equipaje en un cruce cercano. Fue allí".
A su vez, el escrito difundido en internet expone casos puntuales sobre el uso excesivo de la fuerza y de tormentos aplicados por efectivos del Estado bajo métodos extorsivos.
Secuestros
En cuanto a los actos criminales cometidos por grupos que proclaman la independencia, sobresalen los ataques a estudiantes, maestros y escuelas, además de los secuestros.
"En la mañana del 30 de abril se informó que el padre William Neba, en Ashing, región noroeste, había sido secuestrado mientras celebraba misa con los estudiantes. Fue liberado dos días después. Su escuela suspendió las clases el día del secuestro", detalla el texto, por mencionar tan solo un ejemplo. Asimismo, puntualiza en los efectos negativos que este contexto genera en el ámbito de la enseñanza.
Para concluir, su autor subraya: "La situación va a empeorar. Es importante que la comunidad internacional no solo tome nota de lo que está pasando, también debe presionar al Gobierno y los grupos separatistas para que dejen de atacar a civiles".