Al menos 463 padres inmigrantes, que fueron separados de sus hijos cuando ingresaron ilegalmente a EE.UU., ya no se encuentran en ese país, mientras que sus niños sí permanecen allí, admite una declaración judicial emitida por el Gobierno federal y la Unión de Libertades Civiles del país.
Según Reuters, el documento no hace referencia a las razones que llevaron a esas personas a abandonar el territorio estadounidense, pero oficiales del Gobierno reconocieron previamente que algunos fueron deportados sin sus niños.
Desde que en el pasado abril la Administración Trump anunciara la política de "cero tolerancia" hacia los indocumentados que entran en EE.UU. a través de la frontera con México, alrededor de 2.500 niños fueron separados de sus padres, según los datos de la agencia.