Los científicos que procesaban los datos recogidos por el telescopio Planck de la Agencia Espacial Europea han puesto esta semana punto final a una era transformadora de la cosmología con la publicación de los mapas definitivos del universo temprano, informa Nature.
La sonda Planck ha sido el último de los tres telescopios espaciales principales para el estudio del fondo de microondas cósmico (CMB), el tenue resplandor del Big Bang, lo que da como resultado las mediciones más precisas de la edad, geometría y composición del cosmos.
La imagen presentada arriba es la última de la luz visible más antigua del universo: la radiación de microondas, que nos recuerda cómo fue el universo unos 300.000 años después del Big Bang.
La Agencia Espacial Europea lanzó el satélite Planck en 2009 y su telescopio dejó de recopilar datos en 2013. Ese mismo año y en 2015 se publicaron los primeros conjuntos de datos, mientras que la tanda referente a la época más 'vieja' de universo, fue publicada la semana pasada.
Los datos que Planck recopiló entre 2009 y 2013 ayudaron a los investigadores a precisar la edad del Universo (unos 13.800 millones de años), así como su geometría esencialmente plana y su composición (95% de materia oscura y energía oscura). En particular, la última versión confirma una predicción anterior basada en datos de Planck, según la cual el universo debería expandirse un 9% más lentamente de lo que se observa actualmente.
La luz, que se generó aproximadamente 380.000 años después del Big Bang, cuando los átomos comenzaron a capturar electrones, ha viajado hasta nosotros todo este tiempo, pudiendo ahora medirla los científicos en la Tierra. El universo en expansión ha extendido con tanta potencia estas ondas de luz que se han convertido en microondas. Esta luz se puede observar en cualquier dirección y representa la estructura del universo primitivo.
El brillo del fondo de microondas es increíblemente homogéneo. Aunque en el mapa se ve rojo azulado y manchado, estos colores representan las diferencias de temperatura en pequeñas proporciones de un grado de promedio, hasta 2,7 grados sobre el cero absoluto.