La cristianización de la antigua Rus en 988 fue "un punto de inflexión" para la historia de Rusia, además de un suceso de gran importancia para toda la civilización que "determinó el posterior camino de Rusia" e influyó "en todo el desarrollo mundial", declaró este sábado el presidente ruso, Vladímir Putin, durante las celebraciones con motivo del 1030 aniversario de la cristianización por parte del santo príncipe Vladímir.
En opinión del presidente, el 'bautismo' de la antigua Rus se convirtió en "punto de partida para la formación y desarrollo del sistema estatal ruso", para el "verdadero nacimiento espiritual" de los antepasados, para la cultura y la educación nacional, así como para "el desarrollo de vínculos multidimensionales con otros países".